Lente de contacto monitorea presión ocular
El dispositivo reacciona ante las fluctuaciones administrando brimonidina, en caso de necesidad.
Las plataformas eléctricas inteligentes que proporcionan una evaluación de la salud en tiempo real aliviarían en gran medida muchas enfermedades agudas y persistentes. En la actualidad, muchos tipos de oftalmómetros (por ejemplo, la tonometría de indentación, de aplanación, de rebote y de contorno dinámico) han proporcionado mediciones instantáneas del aumento de la presión intraocular (PIO) para el diagnóstico del glaucoma en los hospitales. Por otra parte, la administración de medicamentos se ha basado en soluciones tópicas con el fin de suspender el deterioro de la visión.
Sin embargo, la administración convencional de fármacos en la cámara anterior sigue siendo un reto (baja biodisponibilidad intraocular, efectos secundarios inevitables y escasa adherencia del paciente) debido a las barreras de difusión de la córnea y a que carece de la posibilidad de integración con biodispositivos inteligentes para la administración a demanda, especialmente en el caso del glaucoma agudo de ángulo cerrado, que suele ir acompañado de dolor de cabeza, náuseas y vómitos, que dificultan la autoadministración manual por parte de los pacientes.
Un equipo de investigadores de la Universidad Sun Yat-Sen (China) fabricó un lente de contacto que puede utilizarse para controlar los cambios de PIO y administrar medicamentos para el glaucoma cuando sea necesario.
El diseño de la estructura y la disposición de los circuitos permiten su integración en un área limitada y en una superficie curva, sin provocar el bloqueo de la visión ni posibles irritaciones. Se aprovechó la lente compacta como plataforma para desplegar la bioelectrónica inalámbrica y el contacto íntimo con la córnea.
La lente es de doble capa con una bolsa de aire entre entre ellas, que sirve como parte de un sistema eléctrico: la presión del interior del ojo aprieta la bolsa de aire alertando la necesidad de administrar brimonidina, que es empujada por una pequeña corriente eléctrica desde la parte inferior a través de la córnea y dentro del ojo. La capa exterior está hecha con seis placas de cobre que sirven de activadores dispuestos en un anillo alrededor de la pupila.
Los investigadores han probado su lente -hasta ahora- en conejos y cerdos y han comprobado que es capaz de monitorizar continuamente los cambios de presión ocular y de administrar brimonidina.
Este sistema inteligente proporciona una metodología prometedora que podrían ampliarse a otras enfermedades oftálmicas.
