Estrés induce patología cardiovascular en hombres
Una carga alta de factores de preocupación aumenta en un 13% el desarrollo de este tipo de enfermedades.
La labilidad emocional es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por una tendencia estable a percibir las experiencias como amenazantes, a sentir que los retos son incontrolables y a experimentar emociones negativas frecuentes y desproporcionadamente intensas entre muchas situaciones, además de ser un factor causal clave para la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo.
La preocupación, una faceta importante de la ansiedad, es un mecanismo de afrontamiento que permite a los individuos prepararse para futuras amenazas. Aunque la preocupación no es necesariamente problemática y puede ser funcional, la preocupación crónica, incontrolable e intensa es un proceso desadaptativo y patológico que subyace a los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo.
Una investigación de la Universidad de Boston y del Centro Nacional para el Trastorno de Estrés Postraumático del Departamento de Asuntos de los Veteranos de EE.UU. determinó el impacto de la ansiedad y el estrés mental en el riesgo cardiovascular y de diabetes en los hombres.
Tras una evaluación básica, cada participante tuvo que someterse a un examen físico y a análisis de sangre cada 3 a 5 años y se midieron siete factores de riesgo cardiometabólico: la presión arterial sistólica y diastólica, el colesterol total, los triglicéridos, la obesidad (evaluada por el índice de masa corporal), los niveles de azúcar en sangre en ayunas, y la velocidad de sedimentación globular (VSG), un marcador de inflamación.
El análisis de los datos sugiere que los niveles de ansiedad más altos en la edad media, se asociaron con diferencias estables en las trayectorias de riesgo cardiometabólico que se mantuvieron en edades más avanzadas. También se desprende que los individuos ansiosos podrían experimentar un deterioro más temprano.
Los resultados indicaron que el riesgo cardiometabólico aumentó a un ritmo de 0,8 marcadores por década desde los 33 hasta los 65 años, momento en el que los hombres tenían una media de 3,8 factores de alto riesgo. Después de los 65 años, la tasa aumentó a un ritmo de 0,5 marcadores por década. Los investigadores señalaron que una mayor neurosis (B=0,08; IC del 95%, 0,02-0,15) y niveles de preocupación (B=0,07; IC del 95%, 0,001-0,13) se asociaron con un mayor riesgo a lo largo del tiempo.
El estudio pudo concluir que los efectos potencialmente deteriorantes de la ansiedad sobre la salud pueden tener una aparición más temprana de lo que se pensaba anteriormente.
