Deterioro cognitivo tras pérdida de audición
La sordera aumenta en un 7% el riesgo de demencia en mayores de 50 años. El uso de audífonos puede prevenir o retrasar su aparición y progresión.
La pérdida auditiva (hipoacusia) se ha considerado un factor de riesgo de demencia, sin embargo, aún se necesitan más investigaciones para comprender mejor la asociación entre estas dos afecciones, los mecanismos causales subyacentes y los beneficios del tratamiento empleando cohortes más grandes y datos detallados.
Explorar la relación entre la pérdida de audición, la incidencia de demencia y la utilización de audífonos para contrarrestar la sordera fue el objetivo principal de este trabajo.
Se realizó un estudio de cohorte poblacional en el sur de Dinamarca que incluyó a 573.088 personas (52% mujeres) de 50 años o más (edad promedio: 60,8 años). Determinaron la capacidad de oír individualmente basado en la base de datos de exámenes de audiometría de ese país. Analizaron los casos incidentes de demencia y enfermedad de Alzheimer identificados en registros nacionales.
Con un seguimiento medio de 8,6 años, encontraron 23.023 casos de demencia. La disminución auditiva se asoció con una mayor incidencia del trastorno, con un índice de riesgo ajustado (HR) de 1,07 (IC 95%, 1,04-1,11). La pérdida del sentido de carácter grave en cada oído, con mejor y peor audición, se vinculó con una mayor probabilidad de desarrollar el trastorno neurológico, con un HR de 1,20 (IC 95%, 1,09-1,32) y 1,13 (IC 95%, 1,06-1,20), respectivamente, en comparación con no tener deficiencia auditiva en el oído correspondiente. El riesgo fue superior entre los adultos con hipoacusia que no usaban audífonos que entre aquellos que tenían la condición y sí los utilizaban, con HR de 1,20 (IC 95%, 1,13-1,27) y 1,06 (IC 95%, 1,01-1,10), respectivamente.
Se identifica un riesgo mayor de demencia en casos de pérdida auditiva, especialmente notorio en individuos que no emplean audífonos. La utilización de estos dispositivos electrónicos podría tener un efecto preventivo o retardante en el inicio y avance del trastorno.
