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Ética médica
La Academia Chilena de Medicina valora
la contribución que la industria proveedora en
salud* realiza para el progreso de la medicina
y para el beneficio de las acciones en salud. No
obstante, tiene presente que los intereses prima-
rios de los médicos, de los pacientes y de la in-
dustria son diferentes, por lo que suelen generarse
situaciones de conflicto entre ellos. En tales casos
los médicos deben tener presente su compromiso
irrenunciable de que siempre prime el beneficio
de sus pacientes.
Distintas sociedades científicas y agrupaciones
médicas, universidades, colegios profesionales
y la misma industria, han publicado diversos
documentos referidos a las relaciones de los
médicos con la industria proveedora en salud.
Algunos de ellos, particularmente en países de
Norteamérica y Europa, incluyen sanciones para
quienes contravengan las normas establecidas.
Debe tenerse presente que el contexto cultural de
estos países es diferente del nuestro, donde existe
una arraigada tradición de recurrir a la industria
proveedora para financiar las más diversas acti-
vidades de educación médica continua, tanto a
nivel personal como corporativo. La Academia
Chilena de Medicina desea llamar la atención
de los profesionales y guiarlos para que, en todo
tipo de situaciones potencialmente conflictivas
entre los actores relacionados con la actividad
clínica, los médicos mantengan plena autonomía
profesional en la toma de decisiones, evitando
sesgos que puedan influir en ellas, evaluando la
evidencia científica de los diferentes productos
que se promocionan y haciendo primar siempre
los intereses de los pacientes sobre los de otra
persona o grupos de personas.
La Academia de Medicina recomienda que la
relación entre los médicos y la industria se ca-
racterice siempre y en toda circunstancia por una
Documento de la Academia Chilena de Medicina**
sobre las relaciones entre los médicos y la industria
proveedora en salud* (parte I)
* Se entiende por “industria proveedora en salud” al conjunto de empresas, habitualmente privadas y comerciales,
productoras y distribuidoras de servicios o insumos necesarios para las prestaciones médicas, incluyendo a las
compañías farmacéuticas, los fabricantes de equipos para diagnóstico o tratamiento (prótesis, marcapasos, sondas),
los fabricantes de alimentos especiales para fines médicos, suplementos y complementos nutricionales, probióticos,
prebióticos, etc.
total transparencia, que respalde la confianza del
público, de los pacientes y de todos los actores
involucrados en este proceso. La información
sesgada o de menor confiabilidad aumenta la
probabilidad de errores médicos, disminuyendo
la calidad y efectividad de la acción terapéutica.
Los médicos deben estar atentos para reconocer
la presencia de intereses promocionales o co-
merciales y ser críticos de la información que
reciben.
La industria proveedora se relaciona con los
médicos clínicos a través de múltiples formas,
intentando influir directa o indirectamente en las
decisiones diagnósticas o terapéuticas:
1. Difundiendo información médica favorable a
sus productos.
2. Brindando atenciones (desayunos, almuerzos
o cenas en relación a reuniones médicas, con
regalos personales u otros).
3. Invitando y financiando la asistencia a eventos
en el país o en el extranjero.
4. Contribuyendo a realizar y financiar eventos
científicos organizados por sociedades acadé-
micas, universidades o grupos de profesiona-
les, ya sea pagando para disponer de espacios
de exhibición de productos, agasajando a los
asistentes, invitando a expositores o parti-
cipantes, organizando actividades paralelas
“satélites”, donando material de trabajo, etc.
5. Organizando reuniones científico-sociales o
educativas propias, invitando a algunos mé-
dicos que puedan interesarse en las materias a
tratar, sea como asistentes o expositores.
6. Colaborando en el financiamiento de publica-
ciones médicas únicas o periódicas a través de
la promoción o avisaje de sus productos.
7. Estableciendo una relación contractual con
algunos médicos.