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corporación de un universo mayor de personas

expuestas a cuadros crónicos incurables

22

, ya que

en sus últimos años presentan múltiples síntomas

desagradables y una clara reducción de la cali-

dad de vida. Esto crea la necesidad objetiva de

formar a los nuevos profesionales en la atención

de pacientes crónicos terminales y de instaurar

equipos multidisciplinarios encargados de esta

labor. Si bien se trata de conceptos conocidos,

estos no se han incorporado en la formación

médica. Un estudio en Chile

23

, reveló que el 76%

de una muestra de médicos residentes no tuvo

formación en medicina paliativa, y del restante

24%, sólo la cuarta parte dijo haber obtenido

los conocimientos necesarios para enfrentar los

casos que a diario deben resolver. En un estudio

realizado en el Instituto Nacional del Tórax sobre

las percepciones y actitudes del personal de una

unidad hospitalaria frente a enfermos terminales

24

se reconoce que si bien se trabaja en forma ade-

cuada en el control de los síntomas físicos del

paciente y atención de la familia, hay necesida-

des, especialmente psicológicas y espirituales que

no se aluden con excelencia, como consecuencia

de la escasa preparación recibida para enfrentar y

resolver situaciones de alto contenido emocional;

esta realidad también se presenta en otros países

como Estados Unidos, en que de 126 escuelas de

medicina, sólo 5 tienen un curso sobre atención

del paciente terminal

25,26

.

Sin ninguna duda este tema es importante

incluirlo en las mallas curriculares de pregrado,

considerando que la mayoría de los pacientes

con EPOC en etapa terminal fallece durante su

estadía en un centro asistencial. De hecho, un

estudio que evaluó la situación de los pacientes

con EPOC en su último año de vida mostró que

entre el 15-25% de ellos pasó 6 de los últimos 12

meses hospitalizado, 40% presentaron 3 ó más

enfermedades asociadas, 25% presentó dolores

severos, 66% disnea grave, más del 80% presen-

delirium

y el 98% de sus familiares presentó

síntomas psiquiátricos

17

.

Incluso se ha visto que un alto porcentaje

de los médicos que dicen conocer este tema, lo

centran en el paciente oncológico

17

. En compa-

ración con pacientes con cáncer pulmonar, los

pacientes con EPOC terminal no son informa-

dos de la existencia de programas de cuidados

paliativos

27

; lo que contrasta con estudios que

revelan que comparando ambos grupos, el ni-

vel de postración alcanza un 82% en pacientes

con EPOC

versus

un 36% de los pacientes con

cáncer pulmonar. Los pacientes con EPOC tie-

nen más diagnóstico de depresión y ansiedad

(90%, con un 18% de ellos catalogado como

severo) y menor atención especializada por este

cuadro (4%)

17,28

. Este hecho no sólo deteriora

la calidad de vida de los pacientes, sino que

además entorpece la relación médico paciente y

condiciona las decisiones respecto a las medidas

terapéuticas a tomar frente a la etapa final de

esta enfermedad.

Dificultades para la óptima información al

paciente con EPOC terminal

Ya se mencionó lo difícil de establecer el

pronóstico y saber cuál será la “última” descom-

pensación. Algunos expertos proponen plantearse

ante un paciente con EPOC la siguiente pregunta:

¿Me sorprendería que este paciente falleciese en

los próximos 12 meses?

6

. Aunque esta pregunta

tiene la ventaja de obligar a la utilización de cui-

dados paliativos, muchos autores consideran que

su uso en las enfermedades crónicas con insufi-

ciencia orgánica como la EPOC o la insuficiencia

cardíaca es inadecuada y demora innecesariamen-

te los beneficios del tratamiento de base. Otras de

las dificultades en este sentido son: la tendencia

a diferir la discusión de posibles opciones, pa-

cientes no conscientes del grado de evolución

de su enfermedad, un porcentaje de cuidadores

tampoco es consciente de esta realidad, la escasa

comunicación entre los distintos miembros del

equipo de salud, cierta actitud fatalista de algunos

profesionales que conduce a nihilismo terapéuti-

co, la falta de tiempo, el temor a que el paciente

piense que no hay voluntad de mantenerlo con

vida y la falta de conocimientos sobre el tipo de

intervención a seguir, entre otras

28,29

.

Para superar estas dificultades existen diversos

modelos de intervención

27,30

que permiten acer-

carse al paciente terminal y ayudarlo a enfrentar

esta etapa, utilizando sus propios recursos para

afrontar el problema, logrando la autoayuda,

reforzando su capacidad de autodirección y com-

petencia operativa, basándose en su autonomía.

Todos los modelos de intervención postulados

se centran en que el paciente identifique su su-

frimiento

23

y entregar entonces los recursos para

que pueda enfrentarlo. Es por esto que resulta

clave la entrega de información verdadera y

sincera, dando cabida a la incertidumbre cuando

el pronóstico es difícil de establecer. Para que el

paciente logre el objetivo de obtener bienestar

y atenuar su sufrimiento, debe primero conocer

aquello que percibirá como una amenaza, cuya

subjetividad debiera ser comprendida por el

equipo tratante. Para entregar los recursos nece-

sarios y adecuados que permitan al paciente hacer

Cuidados paliativos en pacientes con epoc terminal

Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 20-26