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licuefacción (al saponificar la grasa epidérmica y

denaturar las proteínas tisulares), responsable de

un daño más profundo de los tejidos

5,6

.

Las lesiones agudas en el tracto respiratorio

incluyen la destrucción de cilios y de la barrera

mucosa, descamación epitelial, edema alveolar

y de la pared bronquial, acumulación de secre-

ciones y contracción reactiva del musculo liso

bronquial produciendo obstrucción de la vía aérea

que favorecen las infecciones de vía aérea

4,5

. En

caso de daño permanente de la membrana basal,

el epitelio respiratorio es reemplazado por tejido

granulatorio, dando paso a la aparición de lesio-

nes crónicas, tales como bronquiolitis obliterante

y bronquiectasias cilíndricas

6

.

La extensión del daño y las manifestaciones

clínicas dependen de la profundidad de inha-

lación (vía aérea) o del contacto directo (otros

tejidos), del tiempo de exposición, de la concen-

tración, solubilidad y pH del gas

1,3,5

. La relación

entre la concentración y los efectos se muestra en

la Tabla 1

5,9

.

En el tracto respiratorio, exposiciones a peque-

ñas concentraciones pueden producir faringitis,

laringitis y traqueobronquitis, mientras que inha-

laciones masivas pueden producir edema laríngeo

severo, edema pulmonar no cardiogénico, paro

respiratorio y muerte. Las manifestaciones respi-

ratorias crónicas se relacionan con la duración de

la exposición e incluyen enfermedad obstructiva

crónica, bronquiolitis obliterante y bronquiecta-

sias

6

.

Algunos reportes de casos de inhalación de

NH

3

han presentado buen pronóstico a largo

plazo. En ellos se observó un deterioro gradual

de la función pulmonar durante los dos a seis

meses iniciales, seguido de una ligera mejoría y

estabilización acompañado de reversibilidad de

lesiones pulmonares e infrecuente desarrollo de

bronquiectasias

1

.

Otros casos de sobrevivientes publicados han

descrito la presencia de bronquiectasias cilíndri-

cas, bilaterales, de predominio en lóbulos inferio-

res. No es claro si son consecuencia directa de la

injuria térmica o se desarrollan luego de infeccio-

nes bacterianas. En cuanto a la función pulmonar,

se observó un VEF

1

severamente reducido, mien-

tras que en todos los pacientes descritos el DLCO

se mantuvo normal

6

.

Esta diferencia en el pronóstico, podría estar

dada por concentraciones y duraciones distintas

de la exposición en los casos publicados (datos

frecuentemente no consignados).

En el presente reporte, ambos pacientes so-

brevivieron, a pesar de que estuvieron expuestos

a altas concentraciones de amoniaco (> 1.700

ppm) por un período de tiempo significativo. Las

lesiones estructurales del parénquima pulmonar

y el compromiso funcional se instalaron precoz-

mente y no mejoraron significativamente durante

el seguimiento (dos años en el primer caso y diez

meses en el segundo caso).

El tratamiento en la etapa aguda consiste en la

mantención de la vía aérea permeable y la terapia

de soporte vital. Frecuentemente es necesario el

uso de antibióticos por las intercurrencias infec-

ciosas. El uso de corticoides en la etapa aguda

inicialmente se recomendó ya que podría cam-

biar el curso de la enfermedad en algunos casos,

observación que no ha sido confirmada en otras

publicaciones

4

. Se recomienda el uso de cortico-

esteroides para tratar el broncoespasmo en la fase

aguda y para las complicaciones crónicas

5

.

En relación al trasplante pulmonar existen

dos casos publicados en la literatura. El primero

recibió un trasplante bipulmonar a los 5 meses

del accidente, luego de fracasar el tratamiento

antibiótico y esteroidal. El paciente falleció a los

3 meses del trasplante. Los autores establecen

como factor determinante de la mala evolución

la persistencia de lesiones en la vía respiratoria

superior, lo que condicionó broncoaspiración e

infecciones

4

.

El segundo caso publicado corresponde a un

M. Gutiérrez N. et al.

Tabla 1. Relación entre dosis de amoniaco y manifestaciones clínicas*

Dosis (ppm)

Manifestaciones

50

Irritación leve de ojos, nariz y garganta luego de 2 h de exposición

250

Irritación de ojos y tracto respiratorio luego de 30 a 60 min de exposición

700

Irritación inmediata de ojos y garganta

> 1.500

Edema pulmonar. Tos. Laringoespasmo

2.500-4.500

Fatal luego de 30 min de exposición

5.000-10.000

Rápidamente fatal secundario a obstrucción de vía aérea

*Tabla adaptada de referencias 5 y 9.

Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 95-99