

Neumol Pediatr 2015; 10 (3): 101 - 105
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Trastornos respiratorios en niños con Síndrome de Down
requieren más hospitalización que niños sin SD, tienen un curso
más severo y estadías hospitalarias más prolongadas (16). Se
considera profilaxis con Palivizumab a todos los niños con SD,
no solo quienes presentan cardiopatía congénitas(1).
La mayor incidencia de IRA en estos pacientes es
multifactorial, juegan su rol alteraciones de la vía aérea ya
descritas, reflujo gastroesofágico con aspiración pulmonar,
defectos inmunológicos. Las alteraciones del sistema inmune
incluyen: linfopenia de células T y B leve a moderada, niveles bajos
de subclases de Inmunoglobulina G, defecto en la quimiotaxis de
neutrófilos, respuesta disminuida de anticuerpos específicos a
las inmunizaciones, timo de tamaño más pequeño, disminución
de Inmunoglobulina A total y específica en saliva (17).
Se recomienda vacunación contra influenza anual,
vacuna antineumocócica polisacárida a niños con enfermedad
cardíaca o pulmonar crónica desde los 2 años, una vigilancia
aumentada de síntomas y signos de IRA y una precoz intervención
en el curso de ésta (7).
ENFERMEDADES DE LA VASCULATURA PULMONAR
La vasculatura pulmonar en niños con SD es más
vulnerable a presentar patología, con manifestaciones como
hipertensión pulmonar (HTP), edema pulmonar o hemorragia
pulmonar.
Los niños con SD y cardiopatía congénita son más
susceptibles a presentar HTP, especialmente en presencia de
defecto del septo atrioventricular, presentando HTP en forma
precoz y de mayor severidad (3,4). Además, presentan HTP más
fácilmente al cursar enfermedad hipóxica, como es el caso de
SAOS y daño pulmonar crónico. El tratamiento precoz de estas
patologías evita la HTP. También tienen más frecuentemente
hipertensión pulmonar persistente del recién nacido.
El edema pulmonar se desarrolla más frecuentemente
en niños con SD. Se ha reportado edema pulmonar intra y
postoperatorio en niños con SD con SAOS, en relación a la
rápida desaparición de la obstrucción de vía aérea superior,
principalmente posterior a amigdalectomía. Los niños con
SD y cardiopatía congénita tendrían mayor probabilidad para
desarrollar edema pulmonar de altura. Sin embargo la exposición
a mayores alturas también podría determinar la aparición de HTP
(3,4).
La hemorragia pulmonar (HP) afecta más
frecuentemente a niños con SD. Puede presentarse en forma
aguda con hemoptisis o falla respiratoria; subaguda, con
deficiencia de hierro, disnea crónica o enfermedad intersticial
difusa; o asintomática, y ser un hallazgo en LBA realizado
por otra razón. La HP puede presentarse en niños con SD con
cardiopatías congénitas, neumonías recurrentes, aspiración
pulmonar y malformaciones pulmonares. Fenómenos inmunes y
enfermedad celíaca también han sido asociados a HP (3,4).
ENFERMEDADES DEL PARÉNQUIMA PULMONAR
Se describen algunas alteraciones de la estructura
pulmonar, pero su relación con la morbilidad respiratoria de estos
pacientes no es clara. Los hallazgos histopatológicos incluyen
aspecto poroso del pulmón a la macroscopía, y a la histología,
menor número de alvéolos, ductos alveolares y alvéolos de
mayor tamaño, lo que se asocia con un área de superficie
alveolar menor (4). Lo anterior parece estar relacionado con una
falla en la multiplicación alveolar del período postnatal, lo que no
es observado en el último tiempo de gestación. También se ha
descrito mayor frecuencia de doble red capilar en niños con SD
(4).
Los quistes subpleurales están presentes en 20-
36% de los niños con SD, siendo muy raros en niños sin SD. En
general, no se detectan en una radiografía simple, sino en una
tomografía computada de tórax. Los quistes subpleurales son
numerosos, pequeños (1 a 4 mm de diámetro) y comunicados
con el espacio aéreo proximal. En general, no tienen impacto
clínico, siendo un hallazgo radiológico. Usualmente son de
manejo conservador. Se debe tener en cuenta su presencia en
caso de cirugía o uso de ventilación mecánica, por posibilidad de
neumotórax (3, 4).
También pueden encontrarse enfermedades difusas
del parénquima pulmonar manifestadas por alteraciones
radiológicas crónicas, síntomas y signos respiratorios
persistentes como disnea, tos, sibilancias, crepitaciones o
hipoxia. Se debe estudiar como diagnóstico diferencial de
enfermedad intersticial, descartando causas secundarias como
complicaciones postinfecciosas, aspiración pulmonar, displasia
broncopulmonar, hemosiderosis pulmonar, y enfermedad
cardíaca y vascular pulmonar. (3).
REFLUJO GASTRO-ESOFÁGICO Y ASPIRACIÓN PULMONAR
El reflujo gastro-esofágico (RGE) es la condición que
se produce al refluir contenido del estómago causando síntomas
y/o complicaciones. Puede producir complicaciones respiratorias
como aspiración pulmonar y neumonía aspirativa. Para su
diagnóstico se requiere una historia compatible y exámenes
como esofagograma y pHmetria esofágica. Según el caso, el
tratamiento puede ser conservador, farmacológico o quirúrgico.
(4, 19).
Los pacientes con SD tienen con mayor frecuencia
trastornos de la deglución, y generalmente, aspiración pulmonar
silenciosa, sin presentar tos ni ahogo. Un estudio describe 40%
de aspiración pulmonar silenciosa en niños con SD con síntomas
respiratorios crónicos en los que se realizó videodeglución (18).
La aspiración pulmonar crónica secundaria a trastorno de la
deglución puede causar sibilancias persistentes, tos crónica,
neumonía recurrente, daño pulmonar y/o deterioro de la función
pulmonar. El examen de elección para el diagnóstico es la
videofluoroscopía de deglución (4, 19).
CONCLUSIONES
Los niños con SD tienen predisposición para presentar
una variedad de problemas respiratorios, los que muchas veces