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E. coli

Son conocidos sus diferentes tipos:

Enteropatógena

(ECEP),

Enterotoxigénica

(ECET),

Ente-

roinvasiva

(ECEI),

Enteroagregativa

(ECEA) y

E. coli

productora de toxina shiga. Esta última sería

la causa del 1% de las diarreas acuosas y 30% de las diarreas disentéricas en niños de la Región

Metropolitana en Chile; aproximadamente 5-10% de los niños infectados por esta bacteria desa-

rrollan síndrome hemolítico urémico (SHU), especialmente cuando se asocia a serotipo 0157: H7,

el agente más agresivo de este grupo. La ECEP produce diarrea acuosa severa con deshidratación,

se observa con mayor frecuencia bajo 1 año de edad. La ECEI es causa del 2 a 3% de las diarreas

agudas en niños de bajo nivel socioeconómico en Chile, la diarrea puede ser secretora o disenté-

rica, similar a la ocasionada por

Shigella

. La ECET es causa importante de diarreas en medios de

escasos recursos y de “diarrea del viajero”.

Shigella

Se asocia a mal saneamiento ambiental en países en desarrollo y a grupos de riesgo o personas

que viajan desde países industrializados a sitios de endemia. Existen alrededor de 41 serotipos

de

Shigella

que se encuentran en 4 especies o grupos:

Shigella flexnery, Shigella sonnei, Shigella

boydii, y Shigella dysenteriae

(que es la más virulenta). En Chile predominan dos especies:

Shigella

flexnery

y

sonnei

. La infección por este microorganismo se asocia a graves complicaciones como

sepsis, íleo, megacolon tóxico, perforación colónica, convulsiones, infección urinaria.

Estudios nacionales han demostrado prevalencias de diarreas producidas por bacterias hasta en

un 30%, cifra que depende de la época del año y del nivel de saneamiento ambiental (disposición

de aguas servidas, presencia de agua potable, etc.) de la población donde se realiza el estudio.

Evaluación

Anamnesis

El objetivo es cuantificar objetiva (pérdida de peso) o subjetivamente las pérdidas de líquidos

por deposiciones, vómitos y pérdidas insensibles (fiebre); consultar por características de deposi-

ciones, especialmente por presencia de elementos patológicos (sangre, pus, mucosidades). Indagar

por presencia de síntomas neurológicos como alteración de conciencia, irritabilidad y convulsiones.

Muy importante determinar respuesta a hidratación oral, especialmente presencia de vómitos en

esta etapa y tratamientos recibidos previo a la consulta.

Examen físico

Debe ser completo, siendo el objetivo principal determinar grado de deshidratación, incluido

signos directos o indirectos de

shock

(Tabla 2). Signología abdominal, importante en el diagnóstico

diferencial, y signología neurológica.

Laboratorio

En

los casos de ausencia de deshidratación o deshidratación leve no es necesario estudios

de laboratorio, salvo estudio etiológico. En cuadros más severos o ante la presencia de deshi-

dratación moderada a severa es necesario evaluar estado hidroelectrolítico y ácido-base, función

renal y repercusión sistémica de la infección. En relación a estudio etiológico, considerar estudio

de etiología viral disponible y sólo en situaciones especiales, el coprocultivo (cuadro de más de 7

días de evolución, deposiciones enterocólicas, pacientes con factores de riesgo como neonatos,

inmunodeficientes, antecedentes de viajes recientes o sospecha de diarrea secundaria a conta-

minación de alimentos).

Manejo

El tratamiento se basa en 7 principios básicos:

1. Uso de soluciones de hidratación oral (SHO) para la rehidratación.

2. Tratamiento con SHO debe establecerse rápida y precozmente.

3. Pronta realimentación, sin restricciones, de acuerdo a la edad del paciente.

4. Mantener lactancia materna.