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de más de un millón de personas) y la de

1968

(gripe de Hong Kong). Técnicas seroarqueológicas

han podido demostrar que la cepa de

1890

fue H2N8; la de

1900

H3N8; la de

1918

H1N1

y la de

1977

H1N1 y H3N2, estas dos últimas

cepas aún se encuentran en circulación.

Desde otra perspectiva clínica, hasta inicios

de la década de

1970

, la diarrea aguda era

interpretada etiológicamente como bacteriana o

parasitaria. Descubierto el virus Norwalk en

1972

y posteriormente el rotavirus, se introdujeron

nuevamente profundos cambios en el manejo

del síndrome diarreico, particularmente uso

y abuso de antibióticos.

El norovirus (descrito originalmente como virus

o agente de Norwalk, dada su descripción en

el condado de Norwalk, Ohio), perteneciente

al género de virus ARN y de la familia de

los calicivirus. Originalmente descrito como

“fiebre estomacal” o “enfermedad de los

vómitos de invierno”, se caracteriza por dar

brotes epidémicos en comunidades cerradas.

Recientemente hubo dos brotes en cruceros de

turismo, comprometiendo a turistas y tripulación.

Se ha insistido en la predisposición genómica

para enfermar por este virus. El clínico no dispone

de examen confirmatorio para norovirus,

existiendo estudios de seroconversión en

distintos países, incluso Chile, que señalan la

presencia de este virus.

Hoy puede presumirse que la circulación de

este virus en nuestro país es mayor a las

estimaciones iniciales.

El rotavirus fue descubierto por Bischop en

1973

, habiéndose denominado previamente

“gastroenteritis aguda provocadora de vómitos

de etiología desconocida”. Previo a su

descubrimiento Avery GB acuñó el término de

“Intractable diarrea”, para definir un grupo de

niños lactantes menores de

6

meses que tuvieron

unamala evolución de su diarrea, con persistencia

de ésta, desnutrición, diversas complicaciones

y muerte. A la ausencia de etiología se agregó

un hoy día reconocido pésimo manejo, con

ayunos prolongados, múltiples e inconducentes

exámenes de laboratorio y abuso de antibióticos.

La demostración de la etiología viral de la

diarrea (presumiblemente muchos de ellos

rotavirus), la mantención de la alimentación, el

no uso de antibióticos y el uso excepcional de

otros fármacos (colestiramina, metronidazol),

permitieron evitar la evolución del síndrome

diarreico hacia la mal denominada “diarrea

intratable”. El profesor de Pediatría Aníbal

Ariztía insistía que no había diarreas intratables

sino diarreas mal tratadas. Sin embargo en

la actualidad se reconoce algunas entidades

de aparición excepcional que corresponden a

diarreas intratables, de origen congénito con

alteraciones histopatológicas irreversibles de la

mucosa intestinal. Hoy se dispone de excelentes

técnicas para el diagnóstico de rotavirus.

El adenovirus en sus serotipos

40

y

41

, en

menor magnitud el

31

y algunos de

comportamiento más sistémico también es

causa de diarrea. Existen estudios de

investigación de serotipificación en Chile que

han demostrado su presencia en el

3

% de los

casos (Barrera et al). Desde el punto de vista

clínico se dispone de técnicas diagnósticas

de adenovirus en deposiciones, aunque sin

precisar serotipo. Es indispensable avanzar