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Dilema en la publicación de revistas biomédicas:

soporte electrónico

versus

impresión en papel

Dilemma for publishing biomedical journals: electronic on line versus printed journals

Al plantear si en el futuro existirán revistas científicas en papel, la respuesta podría ser no. Parece

que vivimos los últimos días de la era de la impresión en papel y la revista científica, que es el medio

de comunicación e institucionalización de la ciencia, no escapa a la tendencia mundial hacia los for-

matos electrónicos: el e-journal, el e-book, el e-learning. La producción y distribución de revistas va

poco a poco migrando al ciberespacio y la pantalla está reemplazando a la palabra escrita en papel.

Las razones son obvias y de orden general: (i) los elevados costos del papel, su impresión, su tras-

lado, su almacenamiento; (ii) la oportunidad de la información, el tiempo que transcurre desde que

la información se genera hasta que está disponible para el lector, también depende de esos mismos

factores; (iii) la creciente tendencia a lo “verde” o ecológico, que exige justificación para la utilización

de papel couché virgen y de difícil reciclaje; y por último (iv) la tendencia cada vez más creciente a

utilizar medios digitales para obtener información y poder comunicarse, que afecta no solo a escuelas

y universidades sino que también al ciudadano común.

La publicación en formato electrónico también ha generado cambios en la forma de editar, que

incluyen por ejemplo, la tendencia a publicar un número determinado de artículos con una frecuen-

cia establecida, en lugar de esperar a tener todos los artículos aprobados para formar y publicar un

fascículo.

Han transcurrido ya tres siglos y medio desde que aparecieron las primeras revistas científicas

impresas sobre papel: ‘Journal des Savans’ y ‘Philosophical Transactions’ en 1665, y no hace más de

dos décadas que se inicia la era de las revistas electrónicas junto con la masificación del Internet. Sin

embargo, en este corto tiempo, ya es aparente que las revistas científicas electrónicas comienzan a

ganar la batalla por un buen número de razones: costos de producción más bajos, accesibilidad casi

instantánea de la información o inmediatez, sistemas de búsqueda muy eficaces, capacidad de almace-

namiento casi ilimitada, disponibilidad global, entre otras ventajas. A estas ventajas se añade la ten-

dencia creciente de las revistas a optar por el sistema “open access”, término que se refiere a la libre

disponibilidad en Internet de la literatura de carácter académico o científico, permitiendo a cualquier

usuario leer, descargar, copiar, distribuir e imprimir el texto completo de los documentos. Los costos

de producción de las revistas de acceso abierto son asumidos por los autores, las editoriales o por las

instituciones responsables por la edición y tienen un costo bastante inferior a las versiones impresas,

en tanto que en las revistas tradicionales estos costos gravan a los lectores y a las bibliotecas. Aunque

es todavía materia de debate, el sentido común indica que una revista de acceso abierto debiera ser

más leída (y seguramente más citada) que una revista con restricciones de precio, noción que ha sido

refrendada en los últimos años por el incremento persistente de las revistas “open access” que han re-

cibido factor de impacto ISI. Dado que las revistas de acceso abierto son por esencia electrónicas, ellas

contribuyen fuertemente en el incremento de los e-journals, en detrimento de las revistas impresas en

papel. La reciente decisión de Elsevier B.V. -el gigante de las publicaciones científicas- de incorporar

el sistema “open access” nos confirma hacia adonde se mueven las tendencias. Se podría argumentar

que esto representa solo el punto de vista de los editores, sin considerar que existen otros importantes

actores en esta ecuación: los autores, los lectores, y las bibliotecas. Sin embargo, es muy probable que

estos otros actores también opten por el sistema electrónico “open access” (y por lo tanto contribuyan

a la muerte de la publicación impresa), dadas la ventajas que representa: gratuidad para los lectores,

eficacia de búsqueda y almacenamiento ilimitado en espacios reducidos para las bibliotecas, inmediatez

para los autores a precios que deberían bajar en los años venideros (aunque no está demás considerar

que la publicación la paga usualmente el proyecto de investigación que respalda al autor).

editorial

Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 5-6