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leucemia también se ha descrito al RV como el

agente más frecuentemente identificado en este

grupo de pacientes (22%)

16

. En niños menores de

5 años le siguió en frecuencia el VRS, que apa-

rece en primer lugar en las muestras estudiadas

por IFD. En mayores de 5 años RV comparte el

primer lugar junto con FLU A, agente etiológico

más frecuentemente pesquisado por IFD en este

grupo etario.

Existen muy pocos casos en los que se ob-

tiene el diagnóstico etiológico por IFD y no por

PRM-RPC. Se ha descrito que 1,7% de casos

estudiados la IFD salió positiva con PRM-RPC

negativa

2

, al igual que en nuestra experiencia en

el 1,4% de los pacientes el diagnóstico fue logra-

do por IFD solamente.

El aporte clínico de los ensayos con PRM-

RPC es importante, en cuanto a la información

etiológica que nos entregan, permitiéndonos

hacer un adecuado diagnóstico para un óptimo

tratamiento y manejo del paciente. Esto toma

mayor relevancia en aquellos agentes que tienen

tratamiento disponible, como el virus influenza,

VRS y el ADV cuyo diagnóstico precoz e inicio

de terapia determinan la evolución y pronóstico

del paciente, específicamente en aquellos sus-

ceptibles

6,11

. Además, métodos que nos permi-

tan una mejor detección de virus respiratorios,

son fundamentales para realizar intervenciones

que influirán en la morbimortalidad de grupos

vulnerables, como es determinar el momento

de profilaxis en estos pacientes

7

. Esto adquiere

trascendencia al ver reportes de prevalencia de

virus respiratorios en pacientes pediátricos con

patología oncológica, en los que el VRS y FLU

A ocupan el segundo y cuarto lugar, respectiva-

mente

16

. En el caso del virus de la influenza, por

ejemplo, es fundamental la pronta identificación

etiológica y subtipificación, ya que su subtipo es

predictor de la actividad de los antivirales dispo-

nibles en el mercado

13

. La sensibilidad de estos

métodos para la detección de FLU A se describe

de hasta un 98,6%, con un incremento de 25,4%

de manera consistente con respecto a los métodos

tradicionales

1

. Nuestros resultados mostraron que

el porcentaje de positividad para virus FLU A y

para VRS por PRM-RPC fue 2,6 y 1,8 veces ma-

yor que por IFD respectivamente. Cabe destacar

que aunque la técnica de biología molecular en

virus como el VRS tiene mayor rendimiento en

todo el espectro etario en los menores de 5 años

la IFD sigue siendo una técnica adecuada.

Además de la mayor sensibilidad para la detec-

ción etiológica de virus respiratorios tradicionales

y del mayor número de agentes virales identifi-

cados, los ensayos PRM-RPC han mejorado la

identificación de casos con co-infecciones, que

pudieran tener importancia clínica, especialmente

en el grupo de inmunocomprometidos, pediátri-

cos y con evolución más grave

1,2

.

Algunos estudios reportan detección de in-

fecciones por múltiples virus entre 10 y 37% de

los casos, siendo éstas más altas en niños y en

inmunosuprimidos

6,12

. En nuestro estudio se diag-

nosticó co-infección en un quinto de las muestras

positivas por PRM-RPC y en menos de 2% de las

muestras positivas por IFD, siendo el grupo etario

con mayor porcentaje de co-infección los meno-

res de 5 años en ambos grupos de estudio. En el

grupo de pacientes cuyas muestras fueron proce-

sadas por ambas técnicas, la tasa de detección de

co-infección fue menor y sólo se diagnosticó por

PRM-RPC. Entre los pacientes que presentaron

co-infecciones por dos virus la asociación más

común fue la de VRS con algún otro virus, lo

que se describe también en la literatura. Mahony

et al describen infecciones dobles en 5-8% de los

pacientes, siendo las asociaciones más típicas

la de VRS con FLU A, con VPI 3 y con MPV

10

.

Infección por dos o más virus se ha diagnosticado

entre 12,5 a 16,5% de los pacientes, siendo el

BoV el agente más frecuentemente encontrado

como co-patógeno

7

. Algunos estudios describen

co-detección del BoV con otros agentes entre

60 y 80% de las muestras, mientras que otros,

apoyan el papel del BoV como causante de in-

fecciones respiratorias sólo o como co-patógeno,

especialmente en niños pequeños

7

. En nuestra

experiencia BoV, fue agente único en el 43,1%

de los casos y co-infección en el 56,9%. Si bien

aún no se conoce del todo la importancia clínica

de las infecciones respiratorias por múltiples

agentes virales, se presume que pudieran causar

cuadros más larvados y graves

9

, especialmente

en grupos de riesgo, razón por la que deberían

ser mejor estudiadas

7,13

. En nuestro estudio, la

presencia de co-infección no se asoció a mayor

caso de hospitalizaciones.

Es importante considerar que la presencia de

múltiples virus puede ser producto de infecciones

previas recientes, que son detectadas por la téc-

nica molecular utilizada y que no necesariamente

son responsables de la infección viral activa

12

.

Para diferenciarlos, eventualmente se podrían

utilizar técnicas moleculares cuantitativas que

nos indiquen su estado de actividad, mediante la

medición de la carga viral

12

.

Además de lo ya mencionado, otras ventajas

de las técnicas de biología molecular son su

rapidez, costo/beneficio y el hecho de que el

resultado no es fácilmente alterado por la calidad

de la muestra y momento de recolección de ésta

I. Budnik O. et al.

Rev Chil Enferm Respir 2016; 32: 224-232