

Tomo VI Vol. V N˚1-2-3 · 2014 · Santiago - Chile
Mauricio Aguirre Baez
Médico Oftalmólogo
Hospital Barros Luco-Trudeau
Con la finalización del curso de formación no acaban las oportunidades de compartir
experiencias formativas con otros centros, es el momento tal vez ideal para solicitar
una rotación fuera de nuestro Hospital. Esta medida está contemplada en el plan de
formación de todos los becados de oftalmología en Chile.
Comenzamos nuestro periodo de formación como especialistas, muchas veces en un
Hospital distinto al que fue en pregrado, iniciando un nuevo período en nuestra vida
como médicos, siempre con mucho entusiasmo de cumplir a cabalidad este nuevo
desafío. En los tres años que dura la residencia adquirimos toneladas de conocimientos
y destrezas que van a marcar nuestro futuro profesional, pero no solo eso, también nos
adecuamos a una forma de trabajar en equipo en donde cada centro tiene un sello
personal, nos adecuamos con el personal y nuestros docentes, esto inevitablemente
crea lazos que van más allá de lo formativo.
Durante mis primeros años de formación no consideraba la opción de salir de mi
Hospital, este me entregaba todo lo necesario para mi formación, un lugar que es
envidiable en el ambiente humano, excelentes docentes y algo importante; siempre me
consideraron y trataron como “un colega en formación”. ¿Entonces, por qué solicitar
rotaciones fuera de mi centro?. No siempre es una decisión fácil de tomar; a veces por
comodidad, otras por incertidumbre a un nuevo ambiente, sin embargo pude escuchar
siempre recomendaciones positivas.
En mi experiencia personal, tuve la suerte de poder rotar en tres centros distintos a
mi Hospital (Barros Luco Trudeau); departamento de Úvea del Hospital del Salvador,
departamento de Córnea del Hospital San Juan de Dios y departamento de Retina de
la APEC en Ciudad de México. Todos grandes lugares de conocida trayectoria en la
formación de especialistas en oftalmología, pero desconocido en lo formal para mi
durante mis primeros dos años de residencia, solo tenía noción de ellos por lo que
comentaban mis compañeros de beca en aquellas tardes de clases en la sociedad.
En estos tres centros viví la experiencia de conocer modalidades distintas de trabajar,
adquirí nuevos conocimientos y destrezas, conocí a grandes docentes y se crearon lazos
que permanecerán en el tiempo. Sin duda alguna, estas experiencias complementan
la formación de cualquier residente en todos los sentidos y amplía nuestra visión de
como se practica la oftalmología fuera del hogar.
ROTACIONES COMO PARTE DE LA FORMACIÓN DEL OFTALMÓLOGO
E D I T O R I A L