

26
buen marcador de obesidad central y predictor
de SAOS
15
. Nuestro estudio encontró que el perí-
metro de cuello fue consistentemente asociado al
riesgo de SAOS medido mediante los cuestiona-
rios de Epworth y Berlín, lo que se correlaciona
bien con resultados de otros estudios donde
identificaron mayor riesgo para SAOS si dicho
parámetro fue mayor de 40 cm en varones y 38
cm en mujeres
5
. El perímetro abdominal es otro
buen marcador de obesidad. En nuestro estudio
se encontró, de manera similar al perímetro de
cuello, que la circunferencia abdominal fue otro
de los parámetros consistentemente asociado al
riesgo de SAOS. Estos resultados son similares
a los descritos por Uribe y cols.
23
. Cabe resaltar
que tanto el IMC, perímetro de cuello como la
circunferencia abdominal son parámetros que
pueden ser fácilmente evaluados en la práctica
clínica por lo que su alteración en pacientes con
ronquido habitual podría considerarse un criterio
para la realización de un estudio de sueño.
Además de las asociaciones descritas, diversos
estudios han mostrado que el SAOS se asocia
a mala calidad de vida, accidentes vehicula-
res, accidentes laborales e incluso domésticos,
síndromes depresivos y ansiedad; además de
hipertensión arterial sistémica, cardiopatías isqué-
micas, arritmias y patología cerebrovascular
24-27
,
por lo cual consideramos que los hallazgos de
nuestro estudio implican la necesidad de realizar
el despistaje de esta condición en todo paciente
roncador que acuda a la consulta médica.
Entre las limitaciones del estudio, debemos
mencionar que el porcentaje de pérdidas de
participantes por fichas de recolección de datos
incompletas fue de 3,7%, que representa una
pequeña cifra y no consideramos que invalide
los resultados del estudio. Por otro lado, nuestros
hallazgos al ser procedentes de un solo centro de
referencia no son generalizables a la población
general o a pacientes atendidos en hospitales o
centros de salud de menores niveles de atención.
Por otro lado, el tamaño muestral podría no ser
suficiente para la evaluación de asociaciones de
magnitud relativamente menor. Otra limitación
puede ser el no contar con la descripción detalla-
da de las condiciones clínicas motivo de consulta
en adición al ronquido. Finalmente, al no ser un
estudio ciego, puede existir el riesgo de sesgo en
las mediciones y resultados de los cuestionarios.
Pese a las limitaciones descritas, consideramos
que nuestro estudio brinda información valiosa
que evidencia la magnitud del problema de riesgo
de SAOS entre roncadores habituales.
Aquellos pacientes que presentan moderado
y alto riesgo de SAOS deberían ser sometidos a
pruebas confirmatorias, idealmente la polisomno-
grafía, pero también se pueden realizar estudios
simplificados con polígrafos respiratorios los que
han sido validados como herramienta diagnóstica
y para la titulación de CPAP en pacientes con
alto riesgo de SAOS o en casos de escenarios de
recursos limitados incluso oxímetros nocturnos
(pese a que su utilidad para el manejo de SAOS
no ha sido demostrada)
28-31
. Los estudios simpli-
ficados, utilizados en los pacientes apropiados,
pueden permitir priorizar la realización de la
polisomnografía en quienes exista duda diagnós-
tica. Finalmente consideramos necesario realizar
estudios en el Perú y Latinoamérica que evalúen
la capacidad diagnóstica de las escalas SACS,
Epworth y Berlín utilizando la polisomnografía
como estándar de referencia, para determinar cuál
de ellas podría ser aplicada como mejor sistema
de tamizaje inicial para la pesquisa de SAOS en
pacientes roncadores. La elección de la mejor
prueba de tamizaje es especialmente importante
dado el alto costo y dificultad para realización de
estudios polisommnográficos.
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