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Neumol Pediatr 2014; 9 (3): 95-101

Tratamiento quirúrgico del empiema pleural

de los casos de empiema es el resultado de una neumonía

complicada de derrame paraneumónico infectado. Sin embargo,

también puede resultar de un trauma torácico, post cirugía

torácica, por perforación esofágica o extensión de una infección

retrofaríngea, del mediastino o del espacio paravertebral,

especialmente en niños inmunocomprometidos (1,2).

HISTORIA

Después de la segunda guerra mundial se formó una comisión

para estudiar la causa de la gran mortalidad por cuadros

respiratorios entre los soldados y como evitarla. La llamada

Comisión Graham en 1918 concluyó que: “el líquido infectado

en el espacio pleural debe ser completamente drenado:

precozmente con métodos cerrados y tardíamente, el drenaje

quirúrgico es más efectivo” y además que “el empiema crónico

se evita mediante tratamiento precoz del espacio pleural

infectado” (2), lo que tiene validez a la fecha.

EPIDEMIOLOGÍA

La bacteriología del líquido pleural infectado ha variado con

la introducción de antibióticos, el desarrollo de resistencia

a los mismos y el uso generalizado de vacunas para

Haemophilus influenzae tipo B y Streptococcus pneumoniae

(3). Lamentablemente, en 35% a 46% de los niños no se

logra identificar agente etiológico en el cultivo. Entre 1962 y

1980, se informó empiema en aproximadamente el 0,6% de

los niños con neumonía bacteriana, a pesar del diagnóstico

y tratamiento precoz (4). Sin embargo, el número de niños

con derrame paraneumónico parece ir en aumento como lo

demuestran estudios prospectivos de la neumonía adquirida en

la comunidad, que lo informan en 2 a 12% de los hospitalizados

(5). Algunas otras bacterias menos comunes están siendo

identificados como causa de empiema, como el Streptococcus

viridans (6), Streptococcus grupo A y Actinomyces sp (7). La

infección por Streptococcus A beta-hemolítico asociada a

empiema y síndrome de shock séptico ha sido reportado como

una complicación de varicela, inmunodeficiencia y rara vez

en niños sanos (8). En Chile, en el Servicio de Pediatría del

Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile

se hicieron cultivos en 24 niños con empiema pleural logrando

un rendimiento bacteriológico en 15 (63%) y de éstos el

Streptococcus pneumoniae fue el más frecuente con un 60 %

de casos (9).

El empiema se presenta con una frecuencia dos veces mayor

en invierno/primavera que en verano/otoño. No se observa

diferencia por género, y la tasa de mortalidad es más alta en los

niños menores de 2 años (10).

Ciertas enfermedades subyacentes pueden incrementar el

riesgo de empiema en niños. En una revisión de 61 niños el

11% tenía una enfermedad o condición subyacente como:

inmunodeficiencias, virosis, síndrome de Down, parálisis

cerebral, post-quirúrgico, tuberculosis, cardiopatía congénita,

prematuridad y fibrosis quística (11).

PATOGENIA

Las manifestaciones patológicas de la evolución natural del

empiema pleural de acuerdo al consenso de la American

Thoracic Society (1962) se han dividido en tres fases o etapas,

que se desarrollan cronológicamente como sigue (Tabla Nº1):

• 1ª fase exudativa

• 2ª fase fibrinopurulenta y

• 3ª fase de organización

FASE EXUDATIVA

FASE FIBRINO PURULENTA

FASE DE ORGANIZACION

Líquido pleural

Seroso

Turbio o purulento

Escaso

pH

>7.3

<7.1

Tendencia a normalización

Bacterias

Estéril

Presentes según uso de antibióticos

Presentes o no según uso

de antibióticos

Glicemia (mg/dl)

>60

<40

Tendencia a normalización

DHL (U)

<500

>1.000

Tendencia a normalización

Glóbulos Blancos

<1.000

>5.000

Variable

Peel Pleural

Ausente o delgado elástico

Delgado inelástico

Grueso rígido a fibroso

Duración

24 - 72 hrs.

7 - 10 días

Comienza en 3

a

- 4

a

semana y dura meses

Figura Nº1

Características del líquido según etapa de la efusión pleural.

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