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Contenido disponible en

www.neumologia-pediatrica.cl

Síndrome hepatopulmonar en pediatría - Maggiolo J. et al

Neumol Pediatr 2013; 8 (3): 116-120.

Figura 2.

Ecocardiograma con microburbujas de solución fisiológica

(test de la burbuja): las burbujas primero se observan en las cavidades

derechas y luego en la aurícula izquierda, a partir del cuarto ciclo car-

díaco.

Figura 3.

Cintigrama perfusión pulmonar con macroal-

búmina marcada con Tc 99: gran cortocircuito derecha

a izquierda de 55%, con captación de radiofármaco en

cerebro y riñones.

Figura 4.

TC tórax: dilataciones vasculares.

ajo

(10)

. El tratamiento no farmacológico consiste en oxigeno-

terapia continua de bajo flujo a largo plazo, derivación porto-

sistémica intrahepática transyugular, cavoplastía en Síndrome

de Budd-Chiari, embolización con coils frente al patrón

angiográfico tipo II, otros usados son agentes moduladores

de ET-1, FNT

a

y HO-1.

El trasplante hepático es el único tratamiento efectivo,

candidatos adecuados sólo representan el 10-20%, ideal-

mente con oxemia de 50-60 mmHg. Se observa resolución

progresiva en alrededor de 85%, meses a años postrasplante,

las recidivas son excepcionales, deben ser donantes vivos.

Idealmente la oxemia debería debería estar entre 60-80

mmHg, con estricta vigilancia gasométrica, cuando la Pa02 es

menor a 50 mmHg la mortalidad postoperatoria es mayor

a 30%, si la selección es más estricta disminuye a 8,5%, sin

embargo, es discutible no trasplantar los casos severos

(11)

. El

pronóstico sin trasplante es ominoso, siendo la sobrevida de

16-30% a 1 año de hecho el diagnóstico, siendo peor si PaO

2

es menor de 50 mmHg, shunt mayor de 20%, HTP severa

y si el test de hiperoxia es positivo

(11-13)

.