

capítulo 3: Nutrición
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Tratamiento
Idealmente prevención desde los primeros controles de salud: refuerzo de hábitos de vida
saludable (alimentación, actividad física, disponibilidad del tiempo libre, sueño). Evaluar y tratar
complicaciones y causas secundarias de obesidad, las que representan menos del 5%.
Motivar al grupo familiar; para esto, el pediatra debe estar familiarizado con los tipos de
familia e identificar aquellas cuya organización ofrece mayores riesgos. La anamnesis nutricional
incluye estimación de la energía ingerida (calorías), consulta sobre quiénes preparan la comida,
quién la administra, reconocer fuentes externas de consumo como colegio, horarios de la familia
y supervisión de la ingesta. Historia de la actividad física, períodos de inactividad y horarios de
ejercicios, para cuantificar aproximadamente el gasto energético.
El objetivo final será lograr una alimentación
y estilo de vida saludable, obtener un IMC < p
85 o, en pacientes con obesidad mórbida y/o
complicaciones metabólicas asociadas, lograr una
baja de peso tal que signifique el control de estas
complicaciones (ver capítulo siguiente).
Aquellos niños con obesidad mórbida aún
sin complicaciones y aquellos en que se detecte
comorbilidad (hipertensión, dislipidemias, hígado
graso), deben ser referidos al especialista. Los
niños menores de 2 años muy obesos requieren
ser evaluados antes de decidir iniciar tratamiento
nutricional. El resto de los niños y adolescentes
en riesgo y obesos, deben ser tratados según
disponibilidad de recursos en Atención Primaria.
La terapia farmacológica no ha demostrado
mejores resultados que placebo, dieta y actividad
física, por lo cual no hay evidencia que confirme
su utilidad en obesidad infantil. El uso de hormo-
na de crecimiento recombinantes en el síndrome
de Prader Willi es una alternativa terapéutica para
contribuir a moderar la composición corporal.
Obesidad mórbida en niños y adolescentes
Para efectos operacionales la entenderemos
cuando se presenta un IMC > 3 a 4 z-score de la
referencia OMS 2007 acompañada de la presen-
cia de comorbilidades. Obesidad moderada: IMC
entre 3 y 4 z-score y obesidad severa > 4 z-score.
El concepto de obesidad abdominal definiremos a perímetro abdominal > percentil 90 (estándares
NHANES-USA 2004) que esté más alterado que el correspondiente IMC por edad y sexo.
La presencia de alteraciones metabólicas o físicas (resistencia insulínica, intolerancia a la glu-
cosa, diabetes tipo II, dislipidemias, hipertensión, epifisiolisis) también deben considerarse como
criterio de inclusión, aun cuando no se cumpla el criterio antropométrico.
Requiere un manejo estructurado y complejo, con participación de pediatras nutriólogos,
endocrinólogos y gastroenterólogos, psiquiatra infantil, psicólogo, nutricionista, kinesiólogo,
terapeuta ocupacional, trabajador social; estas condiciones no están soportadas por la estructura
de salud pública actual y pueden requerir un sistema inicial de manejo intrahospitalario.
Cirugía bariátrica
Aún con todos los recursos humanos y materiales disponibles hay una alta probabilidad de
fracaso en lograr un cambio de hábitos personal, familiar y un descenso de peso concomitante.
La cirugía bariátrica es una alternativa cuando hay fracaso total del manejo médico, siempre que
se cumplan otras condiciones adicionales, las que se resumen en la tabla siguiente. La cirugía
Complicaciones de la Obesidad infantil
Problemas psicosociales
Depresión-suicidio adolescente
Falta de autoestima
Trastornos respiratorios
Hipoventilación-insuficiencia respiratoria
Apnea
Trastornos ortopédicos
Necrosis aséptica de la cadera (Perthes)
Deformidad en varo (Blount) o valgo de las
extremidades
Pie plano
Trastornos neurológicos
Pseudotumor cerebri
Síndrome de fatiga crónica adolescente
Trastornos metabólicos
Hiperlipidemias
Esteatohepatitis
Diabetes tipo II
Enfermedad ovárica poliquística
Trastornos cardiovasculares
Hipertensión arterial
Aterosclerosis
Enfermedades malignas
Cáncer de mama
Cáncer vesícula biliar