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región supraglótica o edema en epiglotis, por riesgo de obstrucción de la vía aérea. En esos casos,
se debe indicar intubación endotraqueal o traqueostomía. La clasificación endoscópica es impor-
tante para el pronóstico y manejo. El grado de lesión esofágica se correlaciona con morbilidad
y mortalidad, los pacientes con lesiones grado 1 pueden ser alimentados normalmente y dados
de alta, aquellos con lesiones grado 2, rara vez desarrollan estenosis esofágica y generalmente
tienen buen pronóstico, lesiones 2b, 3a y 3b se asocian con un alto riesgo de estenosis esofágica
(Tabla 2).
Tabla 2. Clasificación de Zargar
Grado Hallazgos endoscópicos
0
Esófago normal
1
Edema de la mucosa e hiperemia
2
Úlceras mucosas y submucosas
2a
Ulceraciones superficiales, erosiones y exudados
2b
Ulceraciones profundas o circunferenciales asociadas a lesión 2a
3
Ulceraciones transmurales con necrosis
3a
Necrosis focal
3b
Necrosis extensas
4
Perforación
Cintigrama con tecnecio marcado con sucralfato
Es un nuevo examen que permite detectar lesiones en pacientes con historia no muy clara y
asintomáticos. El sucralfato se adhiere a la mucosa lesionada lo cual se registra en el cintigrama.
Tratamiento inicial
Medidas generales
Primero realizar estabilización hemodinámica y evaluar permeabilidad de la vía aérea. Se deben
hospitalizar los pacientes con lesiones grado 2b o mayores.
Se recomienda no inducir vómito, ni
realizar lavado gástrico para reducir el riesgo de mayor exposición del esófago al cáustico. No se
debe intentar neutralizar el cáustico con agentes como vinagre ya que se puede producir una
reacción exotérmica la cual podría aumentar la lesión.
Manejo nutricional
La nutrición es un pilar básico y su abordaje debe ser precoz, ya que el deterioro se produce rá-
pidamente por el estado de hipercatabolismo. El soporte nutricional reduce las infecciones, la pre-
disposición a desarrollar neumonías por aspiración y el riesgo de embolismo pulmonar. Pacientes
sintomáticos o con quemaduras orales deben quedar en régimen cero y con hidratación parenteral
hasta la realización de la EDA. Los pacientes con lesiones grado 1 pueden alimentarse y derivarse
a su hogar. Aquellos con lesiones grado 2a requieren alimentación parenteral, pero evolucionan
bien en el seguimiento a largo plazo. En el caso de lesiones grados 2b y 3 se recomienda soporte
nutricional a través de sonda nasoentérica o a través de gastrostomía o yeyunostomía. El uso de
sonda nasogástrica es controversial. No existen estudios acerca de la seguridad y eficacia de su
uso. Se recomienda en lesiones grado 2b o mayores, donde permite una vía para la alimentación
y también puede actuar como un Stent para prevenir la formación de estenosis. Sin embargo,
tendría riesgo de complicaciones como infección, mayor incidencia de reflujo gastroesofágico, y
formación de estenosis extensas. La alimentación parenteral se recomienda en pacientes que no
toleran la alimentación oral o en aquellos pacientes con lesiones 2b y 3 y en los casos con severas
quemaduras gástricas