Boletín HCSBA

12 experiencia ocurrió en Estados Unidos en 1929 en el Hospital de la Universidad de Duke, donde se montaron parlantes para transmitir un programa de radio generado por los propios pacientes pediátricos. Posteriormente, en 1938 el New York Times publicó un artículo sobre el uso de instrumentos musicales para apoyar la rehabilitación en unidades pediátricas y traumatológicas. Luego, en la década de los 40 iniciaron un proyecto para proveer música en todas las áreas de un hospital. En la unidad de pediatría se utilizaron discos de música para simplificar los cuidados pediátricos y hacerlos más placenteros, así también como para preparar psicológicamente a los niños antes de una cirugía. En Estados Unidos la carrera de MT se inicia en el año 1944, y para el año 1950 los musicoterapeutas ya eran parte de los equipos pediátricos de algunos hospitales; destacando los servicios de tipo educacional para niños con necesidades especiales, los servicios de musicoterapia para niños hospitalizados y en las unidades de niños quemados. En 1999 la musicoterapeuta Joane Loewy comienza con el primer programa de musicoterapia en la UCIN al pedir a los progenitores que cantaran a la vez que acariciaran a su bebé. En la actualidad, las y los musicoterapeutas han generado teorías, técnicas, dispositivos y abordajes para diversas unidades pediátricas hospitalarias, tales como: UCIN, UCI pediátrica, hospitalizados (pediatría general/ cirugía), hematología/oncología, rehabilitación física, neurorehabilitación y niños quemados. Las y los musicoterapeutas que trabajan en pediatría suelen usar un enfoque centrado en la familia, lo que influye en la evaluación, la planificación y la realización de los servicios de musicoterapia. De acuerdo con el Instituto para el Cuidado Centrado en la Familia hay cuatro principios que guían este enfoque: dignidad y respeto, compartir información, participación y colaboración. Esto se ve reflejado en el quehacer de los musicoterapeutas respecto a: las actitudes e interacciones con los pacientes, sus familias y el equipo hospitalario; las intervenciones y estrategias a realizar; la consciencia sobre la diversidad de culturas y conformaciones familiares; y el tipo de música utilizada. Desde la perspectiva de los padres, este enfoque puede mejorar la percepción de la calidad del cuidado que reciben sus hijos, además de permitirles participar con diferentes niveles de involucramiento: participando activamente en las sesiones de musicoterapia a través de hacer música, recibir validación por los esfuerzos de normalizar la vida de sus hijos e incluso sentirse lo suficientemente cómodos para tomarse un descanso. Dependiendo de las necesidades terapéuticas del paciente pediátrico, las y los musicoterapeutas pueden enfocarse más o menos en el niño y en los padres. En Chile el único lugar para formarse como musicoterapeuta es en la Universidad de Chile, en el marco del curso de especialización de postítulo en terapias de arte, mención musicoterapia. En Argentina es posible estudiar musicoterapia a nivel de pregrado, mientras que en Brasil y Estados Unidos se puede encontrar cursos universitarios a nivel de pre y postgrado. En otros países como Colombia sólo es posible estudiar a nivel de postgrado. MT en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales Existen diversos datos publicados que informan junio 2022. Volumen 21 - N°82

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