Revista Ecuatoriana de Medicina EUGENIO ESPEJO

Vol. 7 - Número 10 - Diciembre 2018 Vol. 7 - Número 10 - Diciembre 2018 3 La práctica médica implica una relación médico- paciente que tiene como propósito la mejora de la condición de salud del paciente. Esta relación debería basarse en el “Juramento Hipocrático”, el cual lo hacen públicamente los médicos antes de su graduación (1). Este compromiso de honor establece la base ética con la que deberían conducirse estos profesionales en el cuidado médico. El principio de este juramento es dar a los pacientes el máximo beneficio posible y evitar todo mal e injusticia. Se define como error médico algún acto de omisión o comisión o uno que no logra el resultado esperado, la falla de una acción planificada que no pudo ser completada como se la planificó (error en su ejecución), el uso de un plan errado para conseguir el resultado deseado (error de planificación) o el desvío del proceso de cuidado del paciente (2). También es importante indicar que el error médico puede ocurrir a nivel individual o del sistema de salud. La consecuencia del error es compleja, mientras algunos errores no tienen consecuencias letales, otros errores pueden terminar con la vida de una persona que tenía una alta expectativa de vida o acelerar la de una persona que va a tener una muerte inminente. De acuerdo con un reciente estudio, la práctica médica sería la tercera causa de muerte en los Estados Unidos (EEUU) (3)compiled by the Centers for Disease Control and Prevention (CDC. Entre los errores médicos más importantes se destacan las cirugías innecesarias, los efectos iatrogénicos de los fármacos y las infecciones que se contagian en los hospitales (por malas prácticas del personal de salud o por falencias de los sistemas de salud); la mayoría de estos errores son evitables. Es difícil cuantificar la cifra exacta de muertes atribuibles al error médico debido a que la mayoría de las investigaciones consideran solamente las muertes que ocurren en los hospitales, y no existe una codificación de error médico como causa de muerte (3, 4). Además, el error médico muchas veces se trata como tabú en una cultura médica de falsa solidaridad que evita que se evidencien estos casos. El hecho de no evidenciar el problema no permite que se estudien los casos y se tomen las medidas preventivas adecuadas. Cabe indicar que este no es un problema aislado que ocurre solamente en los EEUU, este es un problema que ocurre a nivel mundial (5). Como es bien sabido, los EEUU es uno de los países del mundo en donde la práctica de la medicina tiene altos estándares por la alta calidad de las Universidades y Facultades de Medicina, los sistemas de vigilancia de enfermedades, los requerimientos de certificación y recertificación del personal de salud y las leyes estrictas sobre la mala práctica médica. Por otro lado, EE. UU. es uno de los países donde los tratamientos están siendo evaluados y mejorados continuamente ya que es el país con más recursos para investigación científica. En otros países como Inglaterra, en el año 2001 los investigadores de University College de Londres concluyeron que casi 700.000 pacientes morían anualmente como resultado de los incidentes adversos que sufrían durante el tiempo que estuvieron hospitalizados, a esta cifra hay que agregar el dato que 1 de cada 10 pacientes que ingresan a un hospital británico empeoran su estado de salud (6). Desafortunadamente existen pocos registros sobre esta problemática en otros países desarrollados y en países en vías de desarrollo. Esto ocurre porque en la mayoría de países y sistemas de salud no existe una cultura de evidenciar el error médico y a partir de ello tratar de mejorar la práctica médica individual y los sistemas de salud. Por otra parte, en todos los países las causas de muerte son registradas por los mismos médicos, quienes por un lado difícilmente van a admitir sus errores y por otro lado las causas de muerte se basan en el sistema internacional de clasificación de enfermedades; este sistema no contempla como causas los errores médicos tales como los ocasionados por problemas El error médico en la prestación de salud Carta al Editor Gemma Fornasini Bascompte, Erika Muñoz, Manuel Baldeón, Marco Fornasini

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