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A nivel obstétrico, el uso de marihuana se ha asociado a:
- Disminución de capacidad reproductiva (niveles más bajos de gonadotropinas coriónica, pro-
gesterona y LH).
- Aumento de frecuencia e intensidad de contracciones uterinas, lo que se relaciona con sínto-
mas de parto prematuro y parto prematuro (en promedio 1 semana antes que en mujeres no
consumidoras).
- Aumento de frecuencia de distocias de posición y puntaje de Apgar bajo.
- En relación a crecimiento fetal se ha asociado a talla, peso y circunferencia craneana menores
pero clínicamente no significativas.
Los principales efectos los podemos encontrar en el área del neurodesarrollo a diferentes eda-
des, sin haber una relación clara con alteraciones anatómicas, excepto con el aumento de riesgo
de anencefalia asociado al consumo durante el primer mes de gestación:
Recién nacido-preescolar
- Mayor frecuencia de síndrome de hiperactividad (temblores, reflejos exaltados, alteración del
ciclo sueño-vigilia).
- Mala habituación a estímulos visuales.
- Puntaje bajo en pruebas de comprensión de lenguaje (2 años), comprensión y expresión verbal
(3 años) y de memoria (4 años).
Escolar
- Alteración de visuopercepción, organización perceptual, conceptos abstractos, control de
impulsos, alteraciones de la regulación emocional y habilidades motoras.
- Disminución del volumen de sustancia gris.
- Mayor incidencia de síndrome de déficit atencional.
- Alteraciones de memoria de corto plazo y de la memoria asociada a estímulos olfatorios.
Tabaco
El tabaquismo es el más importante factor de riesgo modificable asociado a malos resultados
perinatales, incluido el aumento de la mortalidad. Dado los altos índices de consumo de tabaco
en la población general de nuestro país, el tabaquismo pasivo de las mujeres embarazadas tam-
bién juega un rol fundamental en los problemas perinatales asociado a este hábito dado que un
cigarrillo contiene más de 4.000 sustancias químicas peligrosas, de éstas 250 tienen efecto tóxico
conocido en humanos y de éstas, 50 tienen efecto oncogénico. Muchas de estas sustancias atra-
viesan fácilmente la barrera placentaria.
El tabaquismo se asocia a mayor incidencia de alteraciones placentarias (placenta previa,
desprendimiento prematuro), metrorragia de causa desconocida, restricción del crecimiento
intrauterino (RCIU), rotura prematura de membranas y mayor incidencia de parto prematuro.
Estos efectos serían provocados por efecto directo de nicotina y cadmio, ya que desde el primer
trimestre existe una alta concentración de receptores nicotínicos en el trofoblasto, produciendo un
desbalance entre proliferación y diferenciación del citotrofoblasto, lo que lleva a un crecimiento
desmedido de las vellosidades llegando a comprometer el intercambio gaseoso a este nivel, pro-
duciendo un ambiente hipóxico, que explicaría la RCIU. Existe, también, una expresión aberrante
del RNA mensajero a nivel placentario que alteraría la respuesta a diferentes estímulos celulares.
En el período posnatal, la exposición
in utero
a tabaco se asocia a bajo peso de nacimiento,
aumento importantísimo del riesgo de muerte súbita, mayor incidencia de cardiopatías con-
génitas y posteriormente a trastornos del desarrollo como alteraciones cognitivas, síndrome
de déficit atencional, alteraciones conductuales, disminución de agudeza auditiva, mayor inci-
dencia de criminalidad y mayor riesgo de consumo de tabaco y otras drogas a temprana edad.
Esto podría ser explicado por una disminución de la actividad de los sistemas dopaminérgico
y serotoninérgico cerebral dado una alta afinidad de la nicotina a receptores en el período
prenatal desencadenando un mecanismo de
up-regulation
. A nivel respiratorio, los hijos de ma-