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grados de deshidratación puede aumentar la circulación enterohepática de la bilirrubina, lo que

conduce a una mayor carga. El riesgo de ictericia que requiere fototerapia es mayor (OR: 5; IC

del 95%: 0,7-14,6) en los recién nacidos PT, en comparación a los RNT. Bhutani y colaboradores

demostraron que la hiperbilirrubinemia en los recién nacidos PT fue más severa y de curso más

prolongado que en los RNT. La neurotoxicidad de la bilirrubina ocurrió a una edad posnatal más

temprana y la respuesta a la terapia agresiva con mínimas o sin secuelas (3,45

vs

8%) fue menor

en comparación a RNT. La AAP reconoce el mayor riesgo de encefalopatía bilirrubínica en este

grupo y recomienda el

screening

antes del alta, evitar el alta temprana y un seguimiento cercano

de la ictericia.

Infecciones

El aumento de la susceptibilidad a la infección puede estar relacionado con procedimientos

invasivos, corioamnionitis materna como etiología del parto prematuro y deficiencias relacionadas

con la inmunoglobulina y niveles de complemento e inmunidad innata. El PT tiene un riesgo cuatro

veces mayor de someterse a evaluaciones de sepsis y un riesgo cinco veces mayor de infeccio-

nes con cultivo positivo, en comparación con los de término. En una gran cohorte de registros

multicéntricos, la incidencia acumulada de sepsis de inicio temprano y tardío fue de 4,42 y 6,30

episodios por 1.000 admisiones, respectivamente. Los RN con sepsis a gram negativos de inicio

temprano y sepsis de inicio tardío tenían más probabilidades de morir que aquellos sin infección

comprobada por cultivo (OR: 4,39, IC 95%: 1,71-11,23, p 1/4 0,002 y OR: 3,37, 95% El riesgo de

meningitis y neumonía también es más alto que en los neonatos a término (OR: 21; IC del 95%:

1,1-406; OR: 3,5; IC del 95%: 1,4-8,9).

Morbilidad a largo plazo

Función respiratoria

Datos limitados sugieren que existe un riesgo continuo de problemas respiratorios a largo

plazo en los niños nacidos prematuros tardíos, tales como tos, sibilancias, disnea y efectos adver-

sos en el crecimiento pulmonar. Se han realizado algunos estudios que han evaluado la función

pulmonar de los niños PT que sugieren que tienen limitaciones en el flujo espiratorio forzado,

que persiste hasta mediados de la infancia. Estudios muestran que niños bajo los 2 años que re-

quirieron cuidado intensivo de enfermedades respiratorias, el 30% presentaba antecedentes de

prematurez y de éstos un tercio había sido PT. También se ha establecido mayor tasa de hospita-

lización por VRS, 57 x 1.000 en PT

vs

30 x 1.000 en RNT. Estudio de cohorte demostró mayores

episodios de síndrome bronquial obstructivo y uso de esteroides en niños 32 a 36 semanas

vs

RNT en edad escolar. Hay pocos estudios prospectivos en la edad adulta y no logran demostrar

asociación con asma.

Sistema nervioso central y desarrollo cerebral

Los recién nacidos prematuros tienen muchos riesgos que están asociados con un control

neuronal menos maduro en comparación a los RNT. Existe un período crítico de crecimiento ce-

rebral que ocurre a fines de la gestación, lo que permite el desarrollo de varias estructuras y vías

neuronales. Casi el 50% del aumento en el volumen cortical ocurre entre las 34 y 40 semanas

y el crecimiento es lineal. El cerebro a las 34 semanas de EG pesa sólo el 65% del cerebro del

RNT. Esta inmadurez del cerebro del PT y su rápido crecimiento entre 34 y 40 semanas subraya su

vulnerabilidad al ambiente extrauterino. El volumen del cerebelo constituye un porcentaje relativo

mayor del volumen cerebral total con el aumento de la edad gestacional. Aproximadamente el

25% del volumen del cerebelo se desarrolla después del nacimiento. El período pretérmino tardío

es de proliferación y migración de las células granulares cerebelosas. Las deficiencias en el flujo

sanguíneo durante este tiempo como resultado de los problemas asociados con el nacimiento

prematuro pueden conducir a lesión cerebelosa y subsecuentes secuelas neurológicas ya sea cog-

nitivas, motrices y de comportamiento. Una revisión sistemática de 10 estudios entre 2000 y 2010

que evaluaron el desarrollo de los niños nacidos ente 34 a 36 semanas entre las edades de 1 a 7

años, evidenció mayor riesgo de parálisis cerebral (rango RR: 2,7-3,39), retraso en el desarrollo (RR: