Boletín HCSBA

. EDITORIAL . ¿QUÉ HA SIDO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES EN ESTA PANDEMIA?... UNA MIRADA INTEGRAL. Dr. Nelson A. Vargas Catalán. Médico Pediatra. Profesor Titular de Universidad de Chile. Magíster en Salud Pública. En el momento de escribir estas líneas, julio de 2021 , alta proporción de los humanos lleva casi 18 meses de una reclusión estimulada y respaldada por el sector salud, las autoridades y los medios de comunicación de masas, incluyendo las redes sociales. Hay miedo a una enfermedad publicitada como grave; cuya letalidad global sobrepasaría moderadamente el 2 %, valor claramente inferior a los de otras epidemias y pandemias de la historia de nuestra especie. El impacto de estas nuevas condiciones vitales ha sido muy fuerte en el estilo de vida de la población y, naturalmente, parece lógico y útil plantear la pregunta que titula este texto, sabiendo que no solo han sido afectados niños y adolescentes; sino todas las edades. Responder la pregunta no es fácil, las evidencias en el tema exigen estudios masivos, profundos, prolongados y difíciles de realizar. Los intercambios sobre la materia están, a menudo, teñidos por la cultura local y regional, como también por la ideología psicosocial de quienes opinan. Todo esto resta validez a las opiniones y es difícil ser enfático. No obstante, parece útil reflexionar sobre impactos seleccionados que la reclusión ha ejercido en las personas. Es lo que intentaremos hacer buscando generar raciocinio sobre el tema. Los humanos somos entes biopsicosociales y, en consecuencia, es posible proponer impactos en las tres áreas de ese término, sabiendo que algunos afectan de forma primordial a una, dos o las tres áreas simultáneamente. Una cavilación de este tipo puede llevar a una lista de impactos posibles, pero no responde cuan profundos son ni cuan duraderos serán sus efectos. Sorprendentemente, pese al origen negativo de los impactos (reclusión involuntaria), es posible que haya algunos favorables. Se puede suponer que la profundidad y duración de las consecuencias de estos cambios serán más intensas según lo prolongado e intensos que ellos sean y, a la vez, según las características individuales del niño o adolescente (edad, genética, sensibilidad, inmunidad, personalidad) y de su medio ambiente psicoemocional (familia) del individuo. Con estas consideraciones se puede empezar a confeccionar una lista de modificaciones que, sabemos, será incompleta y cuyo análisis exige tiempo y espacios muy extensos. Además, probar que ellos sean más que suposiciones es también difícil. A saber: • Deambulación o circulación por ámbitos reducidos y repetidos, con vida más sedentaria. Las consecuencias serían mayor incidencia y prevalencia de malnutrición por exceso, debilitamiento muscular y, finalmente, pero no en último lugar, una menor visión global del mundo directamente circundante. Esta situación afectaría a todas las etapas de la vida y, probablemente, el impacto sería mayor en sus fases iniciales: primeros mil días, niñez y adolescencia. La tercera y cuarta edad, obviamente, saldrían también muy perjudicadas. 3 septiembre 2021. Volumen 20 - N ° 80

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