Boletín HCSBA

y aún permanece estrecho contacto entre estos especialistas y generoso apoyo de los nefrólogos de adultos. Había tanto que hacer y tan poco tiempo para lograr el desarrollo de la especialidad. Se vislumbraban cambios en la patología nefrológica infantil, presumiendo la disminución de la Glomerulonefritis aguda post estreptocócica y el descubrimiento de la nueva patología nefrológica, ya frecuente en los países desarrollados. Apoyados y estimulados en sus inicios por el Dr. Alejandro Maccioni S., jefe de servicio, el Dr. Guillermo Murray, experto patólogo de la Universidad de Chile, el Dr. Fernando Monckeberg B., del Hospital M. Arriarán y luego del INTA y Francisco Beas F., de la Universidad de Chile. En 1977 , se logran dos cargos para Nefrología infantil, integrándose la Dra. Carmen Alvarado G. y Nicolás González T., quien pronto sería llamado a desempeñar funciones superiores, siendo reemplazado por el Dr. Enrique Álvarez L. Contribuye en esta etapa inicial el Dr. Jorge Wimberger, académico de la Universidad de Chile. Durante dos años ( 1982 - 1983 ) se pudo contar con el Dr. Roberto Jodorkorsky, nefrólogo infantil formado en EE. UU. y el año 1985 se incorpora el Dr. Francisco Cano Sch., con una gran capacidad de trabajo, estudio y espíritu crítico, lamentando su pronta partida al Hospital Luis Calvo Mackenna. Y, a fines de la década de 1980 la Dra. Laura García de Cortázar, de raíces vascas, contribuyendo con su simpatía a refrescar el grupo de trabajo. A inicios de 1990 , un joven becado, Jean Grandy H., proveniente de Arica y profundamente enamorado de los riñones mantuvo el aire fresco nefrológico, aunque también prematuramente emigró al Hospital Exequiel González Cortés. Ya en época más reciente se integra la Dra. Carolina Pacheco M., culminando su proceso de formación en la especialidad. El Dr. Enrique Álvarez L. participó precozmente en la creación y desarrollo de la Unidad de Tratamiento Intensivo Pediátrico del HCSBA, siendo uno de sus residentes hasta acogerse a la liberación de turno de noche. Preocupado por el desarrollo de la especialidad en nuestro hospital, impulsó el mejor estudio del paciente nefrológico infantil, su histopatología a través de biopsia con microscopía de luz y electrónica, la optimización de su manejo y calidad de vida, los procedimientos de diálisis hospitalaria y ambulatoria, aguda y crónica. Puso su mayor interés en apoyar toda iniciativa en beneficio del servicio clínico y departamento de Pediatría de la Universidad de Chile. Contribuyó siempre y generosamente en la formación de becados del HCSBA y posteriormente del Hospital Luis Calvo Mackenna. Apoyó permanentemente las reuniones clínicas, el Curso de extensión en Pediatría ambulatoria, las Guías de Práctica Clínica en Pediatría del Hospital Clínico San Borja Arriarán, en sus 8 ediciones, el Boletín del servicio y Departamento de Pediatría, el libro "Origen, Memorias y Vivencias del Hospital Manuel Arriarán Barros". Tuvo destacada participación en las diversas actividades de la rama de Nefrología infantil de la Sociedad Chilena de Pediatría. Sin embargo sus mejores esfuerzos los realizó en el trabajo docente con los becados de Pediatría y Nefrología, quienes reconocieron en él a un docente con un alto grado de compromiso y profundos valores humanos. Una tarde de junio, me llamó por teléfono, 4 noviembre 2018. Volumen 17 - N ° 74

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