Boletín HCSBA

. EDITORIAL . PANDEMIA COVID- 19 : DESDE EL TIMÓN DEL BARCO. Dra. Sofía Aros Aránguiz Jefe Servicio de Pediatría HCSBA. Hemos aprendido que grandes pandemias han azotado a la humanidad y que las mayores mortandades de la historia eran resultado del ataque de algún microorganismo. En las últimas décadas, Chile se vio amenazado por la Influenza porcina , que en el 2009 , obligó al sistema de salud a tomar medidas extraordinarias. Hubo también preparación para otras epidemias, virus ébola, SARS-CoV- 1 , MERS (coronavirus del oriente medio), pero que finalmente no afectaron a nuestro país. En diciembre de 2019 se reporta en China el primer caso de SARS-CoV- 2 . En época de vacaciones 2020 , enero y febrero, se escuchaba en Chile lo que pasaba en otros continentes y se recibía información acerca de dicha enfermedad, enviada por autoridades locales y ministeriales. Durante el verano se solicita a los equipos los primeros protocolos para la atención de eventuales pacientes con COVID- 19 . Había que prepararse para algo que no sabíamos su magnitud. No hubo tiempo para reflexionar al respecto, porque apareció en marzo el primer caso en Chile y comenzó la vorágine de acciones conducentes a la protección, organización y capacitación. Inicialmente parecía lo más difícil conjugar la responsabilidad del equipo de salud de cumplir de manera impecable su rol con el temor a la enfermedad propia o de los cercanos. Tomar la decisión de suspender las acciones presenciales de un día para otro, no dejaba ver en ese momento que se abría un mundo no imaginado para la gestión, las reuniones y las atenciones de salud. La población adulta era la más afectada por esta enfermedad y se comentaba que los pacientes pediátricos no eran igualmente impactados, pero ¿Cómo tener certeza de ello?. Empezó a surgir en esta Jefatura y en el grupo pediátrico, la inquietud de ¿Cómo nos involucraríamos para lo que se acercaba?, para los equipos que atendían pacientes adultos y casi como si hubiera estado previamente acordado, todos los miembros del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico San Borja Arriarán, queríamos participar activamente. El profundo compromiso que cada uno había adquirido consigo mismo al elegir ejercer este arte, emergía con fuerza y convicción. Nos pusimos a disposición del equipo Directivo, pero más allá de eso, era necesario tratar de ver ¿Cómo asumiríamos los probables escenarios?, que incluían atender pacientes pediátricos de intensivo o dar atención a adultos de distinta gravedad, o ambas tareas simultáneas, como finalmente ocurrió. La capacitación generada al interior del Servicio y la facilitada por el Hospital, fueron asumidas rápidamente como una necesidad prioritaria y de todos. Si algo estaba claro, es que este desafío lo asumíamos los pediatras en conjunto y más unidos que nunca. La flexibilidad horaria otorgada a esta Jefatura por el Director, cobró especial relevancia como herramienta de compromiso. Había defendido muchas veces, que conociendo el actuar responsable de mi equipo y confiando plenamente en su compromiso, no necesitaba que ellos cumplieran un horario, sino que 3 marzo 2021. Volumen 20 - N ° 79

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