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Tomo VI Vol. III N˚1-2-3 · 2012 · Santiago - Chile

INTRODUCCIÓN.

La uveítis, o inflamación del tracto uveal, es

la causa del 10% de los casos de ceguera

en el mundo

1

. Tiene una prevalencia de

entre 38 y 714 por 100.000 habitantes

2,3,4

.

La clasificación del International Uveitis

Study Group (IUSG), distingue cuatro formas

clínicas de uveítis, en base a la localización

anatómica de la inflamación: uveítis anterior,

intermedia, posterior y panuveítis

5

.

Dentro de las etiologías de la uveítis existen

tres grandes categorías: uveítis infecciosas,

uveítis secundarias a enfermedad sistémica

no infecciosa y uveítis secundarias a una

entidad ocular específica. El perfil etiológico

de la uveítis depende de factores ambien-

tales, culturales y genéticos

6

, por lo que el

conocimiento de los patrones locales puede

llevar a un diagnóstico más precoz y certero.

En este estudio retrospectivo, que considera

todos los casos de uveítis evaluados en el

Departamento de Úvea del Servicio de

Oftalmología del Hospital del Salvador en los

últimos diez años, se presentan las etiologías

locales de las uveítis posteriores y panuveítis.

MATERIALES Y MÉTODOS.

Se realizó una revisión retrospectiva de los

archivos clínicos de todos los pacientes (650)

evaluados en el Departamento del Úvea del

Hospital del Salvador en los últimos diez años,

desde mayo de 2002 hasta mayo de 2012.

Se excluyeron de este estudio los pacientes

que fueron examinados en el servicio pero

que finalmente no tenían diagnóstico de

uveítis, siendo considerados para el estudio

definitivo 627 pacientes.

Se confeccionó una base de datos que

contenía: edad del paciente al momento de la

presentación; género; clasificación anatómica

de uveítis, según criterios del primer taller

para estandarización de la nomenclatura de

uveítis para reporte de datos clínicos (SUN)

7

,

y diagnóstico etiológico.

Los pacientes recibieron una evaluación inicial

esquematizada que consistió en una anamnesis

completa y examen oftalmológico que

incluía: evaluación de agudeza visual mejor

corregida, tonometría, examen con lámpara

de hendidura y oftalmoscopia. Además se

solicitaron exámenes de laboratorio según

el cuadro clínico y la sospecha diagnóstica:

Hemograma, velocidad de hemosedimen-

tación, PPD, radiografía de tórax, VDRL,

FTA-ABS, HLAB27, enzima convertidora de

angiotensina sérica, anticuerpos antinucleares,

anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos,

anticuerpos antinucleares extractables y/o

exámenes serológicos de: Toxoplasma gondii,

Toxocara, Herpes simplex, Herpes zoster,

Citomegalovirus y/o VIH. La evaluación fue

complementada con exámenes oftalmológicos,

tales como: angiografía con fluoresceína,

angiografía con verde indocianina, tomografía

de coherencia óptica (OCT) o campo visual.

Aquellos casos en que la etiología no

pudo ser determinada con los exámenes

antes mencionados, se consideraron como

idiopáticos.

Para el estudio estadístico se utilizó el

programa IBM SPSS Statistics (versión 20,0).

RESULTADOS

La distribución de uveítis según clasificación

anatómica se muestra en la Tabla 1. Las uveítis

posteriores fueron 111 casos, correspondientes

al 17,7% del total y las panuveítis 209 casos,

que corresponden al 33,3% del total.

La edad promedio de los pacientes, de

forma global, fue de 37 años al momento

del diagnóstico, con un rango de 3 a 91

años. En el caso de las uveítis posteriores