

Anales Oftalmológicos
Tomo V Vol. V N˚3 · 2009 · Santiago - Chile
La enfermedad oftálmica ocurre en 25% a 50%
de los pacientes con sarcoidosis al momento
de la presentación
2
. La uveítis anterior y
posterior cuenta con la vasta mayoría de las
complicaciones oculares que comprometen
la visión. La infiltración sarcoidea de la
órbita en sí misma es menos común pero se
presenta en aproximadamente en un cuarto
de casos con compromiso ocular y hasta
10% de todos los pacientes. El compromiso
tiende a ser limitado a la glándula lagrimal
siendo casi siempre unilateral. El inicio es
similar al de SIOI con inflamación aguda
o subaguda e intensidad de dolor variable,
proptosis, oftalmoplejía y pérdida de visión.
Ocasionalmente, un diagnóstico presuntivo de
sarcoidosis puede ser hecho en presencia de
hallazgos clásico. Sin embargo, el diagnóstico
usualmente requiere evidencia patológica de
inflamación granulomatosa no caseificante
como también la exclusión de otras posibles
enfermedades granulomatosas. La presencia
de compromiso multisistémico además
consolida el diagnóstico. La actividad de la
enzima convertidora de angiotensina en suero
no parece aumentar el valor predictivo de
las pruebas de función pulmonar y placas
torácicas, y el uso en la investigación inicial de
sospecha de sarcoidosis no es recomendado.
Las radiografías de tórax habitualmente
revelan adenopatía perihiliar y/o infiltrados
intersticiales.
Enfermedad maligna orbitaria
Del total de casos de tumores orbitarios, las
enfermedades linfoproliferativas constituyen el
6% de éstas, a su vez la mitad corresponden
a linfoma. El tratamiento no ha demostrado
reducir la progresión a linfoma, pero la
radioterapia, los corticosteroides y agentes
citotóxicos puede ser necesario para el alivio
sintomático local
2
.
El compromiso de la conjuntiva, órbita, y
glándula lagrimal ocurre en cerca del 10%
de todos linfomas extraganglionares. Linfoma
orbitario se presenta en los adultos mayores
con exoftalmos y, ocasionalmente con
diplopía. El compromiso bilateral ocurre en
casi el 25% de los casos. Ocasionalmente
puede haber ptosis o una masa palpable en
la órbita anterior que se descubre durante
el examen. Al momento del diagnóstico, el
40% de los pacientes tienen evidencia de
enfermedad sistémica, y se estima que el
60% desarrollará linfoma sistémico en los
próximos 5 años. Aproximadamente 40% a
60% de los linfomas orbitales son del subtipo
del tejido linfoide asociado a mucosas
2
.
Un alto índice de sospecha para linfoma,
se debe mantener con todos los casos
que se presume de inflamación orbitaria,
particularmente con inicio insidioso en
un adulto mayor, la presencia de síntomas
constitucionales, debe aumentar la sospecha.
Las imágenes de senos paranasales, órbita y,
a menudo cerebrales son necesarias, aunque
es importante tener en cuenta que el linfoma
puede simular IOI tanto radiográficamente
y clínicamente. Por lo tanto la obtención
de tejido orbital es esencial. En los casos
en que la patología no es concluyente o
no apoyan claramente otro diagnóstico,
repetidas biopsias debe llevarse a cabo para
evaluar adecuadamente el pronóstico y guiar
el tratamiento.
Los tumores malignos metastásicos representan
el 2% al 3% de los tumores orbitarios. Los
sitios primarios más comunes son los de
mama, pulmón, próstata, tracto gastrointestinal
y renal. En comparación con la mayoría de