REVISTA CHILENA DE ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
172 La espirometría sigue siendo el examen funda- mental en la evaluación de la función pulmonar, cada vez más accesible en nuestro país. Para su correcta aplicación e interpretación es imprescin- dible contar con normas estandarizadas. En 1988, la Sociedad Chilena de Enfermedades Respirato- rias (SER), publicó las primeras recomendaciones sobre el informe espirométrico en Chile 1,2 . El año 2005 se publicó a nivel internacional por las Sociedades Americana y Europea de Enfer- medades Respiratorias (ATS/ERS) 3,4 , una aca- bada estandarización de las pruebas de función pulmonar incluyendo aspectos técnicos como de interpretación. El año 2006, el Comité de Función Pulmonar de la SER, elaboró un manual de procedimientos para realizar espirometrías 5 , el cual se ha utilizado ampliamente en la práctica clínica. El año 2007, se demostró la factibilidad de realizar espirometrías en niños entre 2 a 6 años, en la publicación de la estandarización de pruebas de función pulmonar en pre-escolares de la ATS/ERS 6 . El año 2012, se publicaron los valores de referencia espirométricos multiétnicos GLI 2012 7 , que han cambiado a nivel mundial el paradigma de los valores de referencia. La Sociedad Española de Neumología (SEPAR) el año 2013, actualizó, la normativa para realizar la espirometría 8 . El año 2014, a través de la SER se pudo concretar la publicación de valores de referencia espirométricos para adultos chilenos 9 y recientemente se han publicado Recomenda- ciones para estandarizar el informe de Función Pulmonar ATS/ERS 2017 10 . Considerando estos avances y basándonos también en el Manual de procedimientos para Laboratorios de Función pulmonar de la ATS 2016 11 , estimamos que era necesario hacer esta actualización del Manual de Procedimientos para Espirometría en nuestro país. I. Consideraciones generales a) Espacio físico Idealmente debe consistir en una habitación de al menos 2 por 3 m, donde se pueda acomodar al paciente, al espirómetro y a quien realiza la es- pirometría. Debe disponer una forma de medir la talla o estatura, una pesa, una estación ambiental (termómetro, barómetro e higrómetro), un sillón cómodo (de brazos) y sin ruedas para el paciente y un mueble o estante para colocar pinzas nasales y otros elementos o accesorios del equipo. Debe existir un área limpia con lavatorio para lavado de manos y un área sucia para dejar pinzas nasa- les y boquillas reutilizables. En el caso de realizar el test en niños pre-esco- lares es importante tener un ambiente acogedor y apto para niños, se puede contar con algunos ju- guetes, videos y darle tiempo para que se adapte a la pieza bucal. b) Personal Si se trata de un laboratorio de función pul- monar, un médico especialista en Enfermedades Respiratorias debe estar a cargo del informe, interpretación y supervisión en la realización de la técnica. Cuando la espirometría se realice fuera de un laboratorio especializado el responsable del cumplimiento de las normas y del informe del examen, será el médico designado para tales funciones. El operador, idealmente tecnólogo médico, ki- nesiólogo, enfermera o técnico paramédico debe estar debidamente calificado y certificado. En el caso de niños pre-escolares el técnico tiene que estar capacitado y certificado para trabajar con niños pequeños en forma empática, manejar la escasa capacidad de atención infantil y obtener las curvas sin estresar al niño. c) Calificación del técnico en espirometrías Debe tener estudios superiores que contengan nociones básicas de biología, matemáticas, físi- ca, etc. como son los profesionales de la salud: tecnólogos médicos, kinesiólogos, enfermeras y técnicos paramédicos. Debe mostrar capacidad de relación con pacientes y para el trabajo en equipo. Ayuda una actitud enérgica, animada, estimulante para facilitar que el paciente logre este máximo esfuerzo. Por lo que es deseable que el técnico tenga una personalidad empática, que favorezca la interacción y genere confianza. Deberá acreditar haber cursado y aprobado al- gún curso teórico presencial u online reconocido, que contenga los fundamentos biológicos, con- ceptos de fisiología y fisiopatología respiratoria, nociones de patología respiratoria relacionada y toda la estandarización de la técnica espirométri- ca. Posteriormente, debe completar un período de entrenamiento práctico supervisado por médico o técnico certificado por al menos un mes, con el objetivo de realizar 100 espirometrías apro- badas antes de adquirir autonomía para realizar procedimiento sin supervisión. La experiencia que permite la detección de errores en el proce- dimiento y en el funcionamiento de los aparatos, que capacita al técnico para trabajar con cierta autonomía, suele alcanzarse luego de seis meses de entrenamiento. M. Gutiérrez C. et al. Rev Chil Enferm Respir 2018; 34: 171-188
RkJQdWJsaXNoZXIy MTYwMjk1