NEUMOLOGÍA PEDIÁTRICA

Neumol Pediatr 2022; 17 (4): 129 -133 Revista Neumología Pediátrica | Contenido disponible en www.neumologia-pediatrica.cl 129 Definición de displacia broncopulmonar propuesta por la comisión NEO SOCHINEP DEFINICIÓN DE DISPLASIA BRONCOPULMONAR PROPUESTA POR LA COMISIÓN NEO SOCHINEP DEFINITION OF BRONCHOPULMONARY DYSPLASIA PROPOSED BY THE NEO SOCHINEP COMMISSION RESUMEN La displasia broncopulmonar (DBP) es la enfermedad crónica más frecuente del recién nacido prematuro. Los avances en su prevención y tratamiento han permitido una mayor sobrevida de prematuros más pequeños, pero su incidencia se ha mantenido estable en el tiempo, con una fisiopatología y presentación clínica que abarca un amplio espectro y que difiere de la DBP descrita originalmente hace más de 50 años. Aún existen controversias en su definición, la que se ha establecido en base al tratamiento, específicamente al requerimiento de soporte respiratorio. Las definiciones más utilizadas son el requerimiento de oxígeno por 28 días y a las 36 semanas de edad gestacional corregida (EGC). Recientemente se ha propuesto definirla en base al requerimiento de ventilación mecánica a las 36 semanas de EGC, lo que identificaría a los prematuros con DBP más grave y mayor probabilidad de complicaciones respiratorias y neurológicas en los 2 primeros años de vida. Nuestro objetivo en la comisión de Neo-SOCHINEP es el de recomendar la definición y clasificación que nos parece más adecuada para identificar a los prematuros portadores de DBP, considerando los aspectos fisiopatológicos, del compromiso de la función pulmonar y consecuencias prácticas de la definición en nuestro medio. También proponemos la definición del requerimiento de oxígeno en el prematuro cuando esta en neonatología, las condiciones e interpretación de la saturometría contínua cuando está pronto al alta y el seguimiento de la oxigenoterapia posterior al alta. Palabras claves: Displasia broncopulmonar, enfermedad crónica del prematuro. ABSTRACT Bronchopulmonary dysplasia (BPD) is the most frequent chronic disease of the premature newborn. Advances in its prevention and treatment have allowed a greater survival of smaller preterm infants, but its incidence has remained stable over time, with a pathophysiology and clinical presentation that covers a wide spectrumand differs from the BPD originally describedmore than 50 years ago. There are still controversies in its definition, which has been established based on the treatment, specifically the requirement of respiratory support. The most used definitions are the oxygen requirement for 28 days and at 36 weeks of postmenstrual age (PMA). It has recently been proposed a definition based on the requirement of mechanical ventilation at 36 weeks of PMA, which would identify premature infants with more severe BPD and a greater probability of respiratory and neurological complications in the first 2 years of life. Our objective in the Neo-SOCHINEP commission is to recommend the definition and classification that we believe is most appropriate to identify premature infants with BPD, considering the pathophysiological aspects, the compromised lung function, and practical consequences of the definition in our medium. We also propose the definition of the oxygen requirement in premature infants when they are in neonatology, the conditions and interpretation of continuous saturation when they are soon discharged, and the follow-up of post-discharge oxygen therapy. Palabras claves: Bronchopulmonary dysplasia, chronic disease of prematurity. ARTÍCULOS DE REVISIÓN / REVIEWARTICL S Dra. Marcela Linares 1, Dra. Cecilia Álvarez 2,3, Dr. Juan Carlos Arancibia 4, Dra. Pía Escobar 5,6, Dr. Jury Hernández 7, Dra. Erika Inostroza 8, Dra. Yazmina Lascano 9, Dra. Viviana Lezana 10, Dr. Daniel López 11, Dra. Soledad Montes 12, Dra. Mónica Morgues 13,14, Dra. Ana Moya 15, Dra. Angélica Oyarzún 16, Dr. Ignacio Oyarzún 16, Dra. María Angélica Palomino 14,17, Dr. José Antonio Perillán 14,18,19,20, Dra. Natalia Rivera 14,21, Dra. Lilian Rubilar 19, Dra Ana María Sepúlveda 22, Dra. Isabel Valdés 5, Dra. Bárbara Walker 2,3, Dra. Alejandra Zamorano 23,16, Noelia Zygier 20 1. Clínica Indisa, Santiago, Chile. 2. Clínica Alemana de Santiago. 3. Facultad de Medicina de Clínica Alemana Universidad del Desarrollo. 4. Hospital Dr. Gustavo Fricke, Viña del Mar, Chile. 5. Clínica Santa María, Santiago, Chile. 6. Universidad de Los Andes. 7. Complejo Asistencial Dr Victor Ríos Ruiz Los Ángeles, Bio-bio, Chile. 8. Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna. 9. Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín, Quito Ecuador. 10. Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile 11. Hospital de Curicó, Chile. 12. Hospital La Florida, Santiago, Chile. 13. Hospital San José, Santiago, Chile. 14. Universidad de Chile, Santiago, Chile. 15. Hospital de Iquique, Chile. 16. Departamento de Enfermedades Respiratorias Pediátricas, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. 17. Clínica Las Condes, Santiago, Chile. 18. Hospital San Juan de Dios, Santiago, Chile. 19. Hospital Exequiel González Cortéz. 20. Universidad Finis Terrae. 21. Hospital Base San José de Osorno, Universidad de Chile. 22. Hospital Clínico San Borja Arriarán, Santiago, Chile. 23. Complejo asistencial Dr. Sótero del Río. INTRODUCCIÓN El aumento de la sobrevida de prematuros va de la mano con el aumento de costos en salud pública relacionados con sus comorbilidades: respiratorias, gastrointestinales, neurocognitivas, oftalmológicas, etc. El manejo de prematuros portadores de displasia broncopulmonar (DBP) posterior al alta de unidades de neonatología, debe incluir cuidados respiratorios y el de sus complicaciones. Los primeros dos años de vida del prematuro con diagnóstico de DBP son críticos desde el punto de vista de las complicaciones respiratorias. Según datos sobre seguimiento de pacientes con DBP (Guías MINSAL 2009): 15 % fallecen durante el primer año de vida, siendo las infecciones respiratorias agudas (IRA) la principal causa de muerte (1). El 12 % de los recién nacidos (RN) mayores de 1000 g y el 23% de los menores de 1000 g requieren hospitalización por IRA durante los primeros 2 años de vida (2). En la edad adulta se ha observado mayor mortalidad en pacientes con antecedentes de prematurez, la que está asociada a diabetes, enfermedad cardiovascular y enfermedad respiratoria (3). La prematuridad debe ser considerada una condición crónica que requiere estrategias de salud aplicadas desde los primeros años de vida, para disminuir su morbimortalidad y establecer estrategias de seguimiento para prevenir potenciales secuelas de salud en el adulto (3). La incidencia de DBP oscila entre 40 a 50%, aumentando su probabilidad a menor edad gestacional y peso al nacer, siendo muy poco frecuente en los prematuros ≥ 32 semanas y/o ≥ a 1500g al nacer (4–7). En estudios de Asia, Europa, Oceanía y Norteamérica se ha reportado una incidencia del 11 al 89% en los Attribution-NonCommercial 4.0 International. Click AQUÍ Autor para correspondencia: Dra. Marcela Linares marcelabeatrizl@gmail.com

RkJQdWJsaXNoZXIy MTYwMjk1