NEUMOLOGÍA PEDIÁTRICA
C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl 213 Los efectos del entrenamiento físico en niños asmaticos Neumol Pediatr 2019; 14 (4): 210 - 215 grupo de edad pediátrica presentan una función pulmonar normal y que el ejercicio físico tiene efectos beneficiosos sobre varios otros parámetros, la recomendación del entrenamiento físico como terapia complementaria para pacientes asmáticos permanece, independientemente de la ausencia de cambios significativos en la función pulmonar. INFLAMACIÓN DE LA VÍA AÉREA El asma es una enfermedad caracterizada por inflamación crónica de las vías respiratorias. El estado inflamatorio crónico se asocia con hiperreactividad de las vías respiratorias que conduce a episodios recurrentes de sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos. La inflamación puede ser provocada por alérgenos (asma atópica) o irritantes no alérgicos (asma no atópica), aunque en la mayoría de los pacientes una combinación de factores alérgicos y no alérgicos contribuye a la presentación clínica de la enfermedad. Además de la inflamación, el estrés oxidativo también es un componente importante de la fisiopatología del asma (24). El estrés oxidativo se asocia con la inflamación crónica a través de la activación de las células inflamatorias, incluidos los neutrófilos y los eosinófilos, que generan especies reactivas de oxígeno (ERO). Se han informado niveles elevados de ERO en varias enfermedades inflamatorias, además de ejercer varios efectos tóxicos. Es probable que las ERO desempeñen un papel vital en la patogénesis del asma, ya que se ha demostrado que están asociadas con muchos cambios fisiopatológicos, como aumento de la peroxidación lipídica, aumento de la reactividad y secreción de las vías respiratorias, aumento de la producción de factores quimiotacticos y aumento de la permeabilidad vascular (24). Ya se sabe que el ejercicio físico regular tiene un efecto antiinflamatorio en personas con enfermedades crónicas y parece reducir la susceptibilidad a las infecciones. Por otro lado, las sesiones de ejercicio individuales pueden inducir la activación de las células inmunes (26). Estudios han demostrado que el entrenamiento físico disminuye la inflamación pulmonar en niños asmáticos (23, 24, 27). Sin embargo, también hay evidencias que indican que los marcadores inflamatorios no responden significativamente después de los programas de entrenamiento físico en pacientes asmáticos (28, 29). Así, considerando la evidencia presente, los efectos de los programas de ejercicio sobre los niveles de inflamación de las vías respiratorias en el asma parecen no ser concluyentes. CONTROL DEL ASMA Teniendo en cuenta que el asma es una enfermedad crónica, su tratamiento tiene como objetivo lograr el máximo control de los síntomas como sea posible. Por definición, según GINA, el control de la enfermedad se define mediante un manejo efectivo de las características clínicas y los síntomas del asma. En este caso, efectivo significa la dosis más baja posible de medicamento para lograr el control de la enfermedad, reduciendo o evitando posibles efectos adversos para el paciente. La falta de control de la enfermedad, además de afectar la calidad de vida de los pacientes, aumenta los costos de la enfermedad debido a la mayor demanda de visitas de emergencia y hospitalizaciones, así como los costos indirectos debido al ausentismo escolar y laboral (1). Existe evidencia de que el ejercicio puede ser un componente no farmacológico importante del control clínico del asma en niños (23, 30). Los estudios que evalúan los efectos del ejercicio sobre el control clínico del asma han mostrado mejoras significativas después de un programa de entrenamiento físico (23, 25, 30, 31). El ejercicio reduce los síntomas del asma (número de ataques de asma y días de sibilancias) (25) y el número de exacerbaciones (número de hospitalizaciones) (30). Un estudio mostró que dos meses de entrenamiento físico con natación mejoraron significativamente las variables clínicas, incluidos los síntomas, las hospitalizaciones, las visitas a la sala de emergencias y el ausentismo escolar, en comparación con el historial médico anterior. Además, los beneficios para la salud obtenidos parecen observarse continuamente incluso 12 meses después de finalizado el programa, lo que demuestra que los efectos beneficiosos del entrenamiento físico pueden durar más de lo esperado (30). CALIDAD DE VIDA El asma es una de las principales enfermedades crónicas de la infancia y sus repercusiones afectan no solo al paciente, sino a toda la familia, lo que provoca problemas a largo plazo que pueden afectar la calidad de vida. Se informa que los niños asmáticos tienen una calidad de vida significativamente peor que otros niños (32). Este efecto negativo en la calidad de vida parece estar relacionado con un perfil de ansiedad normalmente presente en pacientes con asma, considerando la expectativa de experimentar síntomas y la imposibilidad de participar en ciertas actividades grupales. Además, la reducción de los niveles de actividad física contribuye al aumento de la obesidad y la aparición de baja autoestima, empeorando aún más la calidad de los niveles de vida en estos pacientes. La mayoría de los estudios que tienen como objetivo investigar los efectos inducidos por el ejercicio sobre la calidad de vida de los niños asmáticos han demostrado que el entrenamiento físico generalmente mejora la calidad de vida, lo que se evidencia tanto en los puntajes generales del Cuestionario de Calidad de Vida del Asma Pediátrico (PAQLQ) como en los puntajes específicos relacionados con la limitación de actividad, síntomas y estado emocional emocional (9, 21, 33, 34). En el estudio de Cambach et al. (35) se demostró que el ejercicio regular es responsable de mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades respiratorias. Una mejor forma física se asocia con una mejor calidad de vida, ya que los sujetos entrenados tienen una menor frecuencia de síntomas y limitaciones psicosociales. En conjunto, la literatura actual sugiere que el ejercicio físico induce impactos positivos en la calidad de vida de los niños asmáticos, contribuyendo al manejo clínico apropiado de la enfermedad.
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