NEUMOLOGÍA PEDIÁTRICA

Neumol Pediatr 2019; 14 (1): 19 - 22 C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl 21 Adenovirus: de la neumonía a la bronquiolitis obliterante FACTORES DE RIESGO PARA DESARROLLAR BRONQUIOLITIS OBLITERANTE En un estudio en 45 niños chilenos hospitalizados con neumonía por ADV seguidos por 5 años, se observó que los pacientes que desarrollaron BOPI identificados por TAC de tórax, tenían significativamente mayor compromiso respiratorio (ingreso a cuidados intensivos, requerimiento de ventilación mecánica y necesidad de oxígeno suplementario por más de 2 semanas); y mayor uso de corticoides sistémicos y salbutamol, durante el episodio agudo de neumonía que aquellos que no evolucionaron hacia una BOPI. Ninguno de los pacientes que no la desarrollaron requirió oxigeno más de 14 días (21). En un estudio caso-control en niños hospitalizados por bronquiolitis en Argentina, se observó que los factores de riesgo más importantes para desarrollar BOPI fueron la infección por ADV y el requerimiento de VM (22). La hipercapnia, neumonía multifocal y el requerimiento de hospitalización por más de 30 días durante la infección por AV, fueron los factores de riesgo más significativos en otro estudio (23). Todo esto sugiere que la gravedad del episodio inicial es determinante en el riesgo de desarrollar BOPI. El tener un haplotipo HLA-DR8-DQB1*0302 también se ha informado como factor de riesgo relacionado con la etnia en Argentina (24). Adquirir el virus por transmisión nosocomial y el tener antecedentes de asma y otras patologías previas podría condicionar un cuadro más grave (3, 25, 26). En la mayoría de las series la edad de los pacientes que presentan una neumonía grave por AV es antes de los 2 años y los casos que ocurren después de esa edad son mucho menos frecuentes, por lo que la edad y la inmadurez inmunológica que implica son factores a considerar (27,28). PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO Se ha demostrado que la enfermedad respiratoria asociada al ADV7se puede prevenir mediante la vacunación oral. Está disponible una vacuna oral de virus vivo no atenuado que actualmente solo está autorizada para uso solo en militares (29). En muchas de las series publicadas de casos graves por AV se ha informado que ha existido contagio intrahospitalario, lo cual coincide con la experiencia nacional, por lo que las medidas de aislamiento respiratorio y entérico deben ser estrictas al igual que el cumplimiento con la norma de lavado de manos, lo que debe mantenerse hasta 2 meses después del alta por lo prolongado de la excreción fecal del virus (25, 26). Dos grandes problemas han dificultado el manejo de la neumonía por ADV: la baja sensibilidad de los métodos diagnósticos tradicionales, como la inmunofluorescensia indirecta (IF) (15 A 50%) (30). Esto se ha superado con el avenimiento de la reacción en cadena polimerasa (PCR), en países asiáticos incluso hay PCR serotipo específica, pese a lo cual es indispensable mantener un alto índice de sospecha frente a cuadros clínicos compatibles para realizar diagnóstico precoz y evitar infecciones intrahospitalarias (31). El segundo problema es la falta de un tratamiento específico eficaz para la neumonía por AV y así evitar que se llegue a un daño pulmonar grave. Por muchos años el tratamiento ha sido de soporte y paliativo con oxigenoterapia, apoyo ventilatorio gentil, b2 adrenérgicos y corticoides orales e inhalados y antibióticos en caso de sospecha de sobreinfección bacteriana. También se ha sugerido el uso de pulsos de metilprednisolona sola o asociado a macrolidos, sobre todo cuando hay compromiso multisistémico (32,33). En los últimos años ha habido reportes de casos de terapia con Cidofovir en neumonías adenovirales graves. Está indicado sobre todo en pacientes inmunocomprometidos, en los que se ha demostrado efectividad e insuficiencia renal reversible (34, 35). CONCLUSIONES La BOPI es una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que surge como secuela de una infección respiratoria grave, la mayoría de las veces ocasionada por AV en menores de 2 años. Las características del virus y la gravedad de la neumonía, que en parte se debe a factores del huésped, así como la falta de tratamientos específico, son determinantes en la severidad de las secuelas. En su patogenia intervienen complejos mecanismos inmunológicos gatillados en la etapa aguda necrotizante de la neumonía y la infección adenoviral crónica o latente que causa un proceso inflamatorio crónico. 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