BOLETÍN HTA

8 Boletín Hipertensión VOL 25. 2021 / 8 - 11 Obesidad e Hipertensión arterial Luis Hernán Zarate Méndez Profesor de Cardiología. Universidad de Chile. Unidad de Cardiología. Clínica Santa María. Socio Honorario de la Sociedad Chilena de Hipertensión. Past-president de Sociedad Chilena de Hipertensión. Past-president de Fundación Chilena de Hipertensión. Introducción La prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños y adultos, continúa aumentado a nivel mundial y debido a su asociación con enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus y dislipidemia, está llegando a ser unos de los mayores desafíos en la salud mundial. La obesidad es frecuentemente relacionada con la hipertensión arterial, igualmente como un factor causal y de coexistencia. Asociaciones entre índices de masa corporal y presión arterial, están bien establecidas en diferentes poblaciones y grupos etarios (1). Muchos estudios indican una directa asociación entre sobrepeso y obesidad en niños, lo que incrementa la posibilidad de hipertensión arterial en su vida adulta. Además, datos del estudio cardiológico de Framingham, sugiere que el 78% de la hipertensión arterial en hombres y el 65% en mujeres pueden estar relacionadas con el exceso de peso (2). Sin embargo, estudios muestran que no todos los individuos obesos, son hipertensos, lo que revela una relación compleja y multifactorial entre la obesidad y la hipertensión arterial. No obstante, la obesidad ha sido identificada como un fuerte factor que determina la progresión desde la etapa de prehipertensión arterial a estados hipertensivos más avanzados. Más aún, que la mantención de un índice de masa corporal menor de 25 kg/m2 es considerado crucial en la prevención primaria de la hipertensión arterial. Fisiopatología de la hipertensión arterial relacionada con la obesidad A pesar de que existe un aumento de evidencias indicando a la obesidad como un determinante significativo de la presión arterial elevada, los mecanismos por los cuales dicha obesidad causa hipertensión arterial resultan complejos. Entre estos factores, aparecen alteraciones hemodinámicas, homeostasis alterada del sodio, disfunción renal, desbalance del sistema nervioso autónomo, alteraciones endocrinas, estrés oxidativo, inflamación y daño vascular. Alteraciones hemodinámicas La obesidad es una enfermedad caracterizada por una sobrecarga de volumen, que determina un aumento del débito cardíaco, lo cual antecede al desarrollo del aumento de presión arterial y de la resistencia periférica (3). El aumento en el débito cardíaco en personas obesas, refleja los mayores requerimientos metabólicos que se asocian con el aumento del tejido adiposo. Además, del aumento de la resistencia vascular causada por incremento de la viscosidad sanguínea (4) y otros cambios reológicos de los glóbulos rojos (9), pueden contribuir al aumento de la presión arterial en hipertensos obesos. El ventrículo izquierdo se adapta al aumento de volumen sanguíneo inducido por la obesidad, desarrollando una hipertrofia excéntrica independiente del nivel de la presión arterial (5). El desafío cardíaco en hipertensión arterial relacionada con obesidad, es mayor que el riesgo aislado de hipertensión arterial, determinando un aumento significativo del riesgo cardiovascular por la habitual coexistencia de hiperlipidemia, diabetes mellitus o arteriosclerosis acelerada, que conllevan a un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca, infarto al miocardio, arritmia cardíaca y muerte súbita (6). Alteraciones de la hemostasia del sodio Numerosos estudios epidemiológicos, clínicos y experimentales, muestran una relación directa entre la ingesta de sodio y el riesgo de hipertensión arterial. Frohlich y col. reportaron mayor excreción de sodio en pacientes obesos, lo cual podría ser explicado por su mayor ingesta (7); pero además, es posible que esté relacionado con una incapacidad de los Obesidad e Hipertensión arterial

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