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12 Marzo 2018

El sesgo del asma

Según investigadores de la Universidad de Edimburgo, las variaciones en las hormonas femeninas podrían desempeñar un papel importante en el desarrollo de la enfermedad y la aparición de alergias.

El 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, una fecha que básicamente promueve y persigue con total justicia la igualdad de género y un reconocimiento pleno de los derechos de las mujeres por parte de la comunidad. Multitudinarias movilizaciones se realizaron en los 150 países que se sumaron a esta iniciativa, con el fin de visibilizar y sensibilizar a la sociedad frente a las diferencias que existen con el género masculino, en materias como lo laboral y educacional, entre muchas otras.

Curiosamente, si llevamos esta discusión al campo de la salud, hay una enfermedad respiratoria que no respeta la paridad y, sin ningún pudor, discrimina. Se trata del asma, una patología que muestra su molesto trato hacia las mujeres desde la adolescencia, proporcionalmente siempre afectándolas más, independiente de su grado de severidad. La raíz de su ensañamiento tiene una explicación hormonal, demuestran distintos estudios científicos.

Según registros de la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de esta enfermedad ha aumentado fuertemente durante las últimas tres décadas, en particular, en las naciones industrializadas. Más de 235 millones de personas padecen asma, sin embargo, pese a todos los esfuerzos no se han logrado dilucidar por completo sus causas. Sí existe plena coincidencia en dos factores de riesgo: la exposición a ciertos elementos presentes en el medioambiente y una marcada predisposición genética. Es precisamente aquí, en este último punto, donde el asma concreta su acto discriminatorio.

En casi todas las etapas del ciclo vital de la mujer se evidencia una relación entre el asma y sus hormonas. En el periodo premenstrual, asociado a una serie de síntomas físicos y emocionales, se manifiesta con mayor gravedad, mientras que durante el embarazo el riesgo de que la enfermedad evolucione con más intensidad se multiplica hasta en tres veces. En tanto, ya en la menopausia los tratamientos hormonales suelen influir en la disminución de la función respiratoria, favoreciendo así los síntomas asmáticos. De un modo u otro, el diagnóstico precoz es clave para que la enfermedad no genere daños irreversibles.

De acuerdo a un trabajo desarrollado por investigadores pertenecientes a la Universidad de Edimburgo, las variaciones en las hormonas femeninas podrían desempeñar un papel importante en la evolución del asma y la aparición de alergias. Para llegar a esta conclusión se estudiaron los casos de más de 500 mil personas y se revisaron cerca de 50 expedientes de mujeres con asma, desde la pubertad hasta los 75 años. El análisis dilucidó un marcado aumento de los síntomas del asma cuando las mujeres llegan a la adolescencia y menopausia.

Participantes en el estudio afirmaron que sus síntomas asmáticos cambiaron durante el ciclo menstrual, algo que según expertos se explicaría por la variación en los niveles de hormonas, incluidos el estrógeno y la progesterona.

“Cuando se llegue a estadios más avanzados podríamos entender por qué el asma es más común en niños que en niñas durante la infancia, pero tras la pubertad, afecta más a las mujeres”, comentaron los académicos de la universidad escocesa.

En uno de sus puntos, la investigación demostró que en el inicio de la menopausia, cuando los ciclos menstruales se detienen y los niveles de estrógeno y progesterona fluctúan, existe mayor probabilidad de padecer la patología en comparación con la premenopausia.

“El objetivo ahora es desarrollar un proyecto para aclarar el papel de los anticonceptivos y la terapia de reemplazo hormonal en los síntomas del asma y la alergia”, adelantó la doctora Nicola McCleary. 

“El asma puede tener un impacto muy grave en la calidad de vida y le cuesta al servicio nacional de salud británico mil millones de libras al año. Nuestra meta eses llevar a cabo un ensayo clínico para evaluar la efectividad de los tratamientos hormonales para reducir los síntomas del asma en las mujeres”, agregó Aziz Sheikh.

El asma es una patología crónica del sistema respiratorio, que afecta principalmente a menores de edad, aunque cerca del siete por ciento de los adultos también la padecen. Dentro de este grupo, las mujeres son las más perjudicadas. Se manifiesta fundamentalmente a través de sibilancias, dificultad para respirar y, en ocasiones, tos violenta, provocada por un estrechamiento u obstrucción mayor de las vías respiratorias, a causa de exacerbaciones externas asociadas a condiciones como la mala calidad del aire, ácaros del polvo, mascotas, el moho e infecciones virales. Incluso el consumo de comida rápida, caracterizada por sus altos niveles de ácidos grasos saturados y trans, podría detonar la aparición de la enfermedad debido a alteraciones en el sistema inmune.

Generalmente se trata con inhaladores de rescate para contrarrestar los síntomas y con inhaladores de control en base a esteroides para prevenirlos. La patología puede tener un curso agudo, subagudo o crónico, dependiendo de la frecuencia, duración e intensidad de sus manifestaciones clínicas. Los casos más graves pueden requerir el uso de inhaladores de acción prolongada que mantengan las vías respiratorias abiertas, además de la ingesta de esteroides.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez

Mundo Médico

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