Recintos de salud seguros frente a desastres
El Hospital Regional de Concepción cumple con los estándares de calidad exigidos, luego de un trabajo de restructuración que garantiza la seguridad de sus pacientes.
En América Latina y el Caribe, muchos países conocen cuál es el real impacto que las situaciones de emergencia -como terremotos, huracanes, inundaciones o sequías- causan sobre la salud de las personas.
Más del 67 por ciento de los casi 18 mil hospitales que forman parte de la infraestructura sanitaria disponible en dichas naciones se encuentran ubicadas en zonas de riesgo a desastres. Ante esta realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a los países miembros a integrar en su planificación acciones concretas, programas nacionales y políticas públicas para reducir el riesgo en el sector y promover la habilitación de centros asistenciales seguros.
Un hospital seguro es un establecimiento cuyos servicios permanecen accesibles y continúan funcionando a su máxima capacidad y en su misma infraestructura inmediatamente después de ocurrido un desastre o emergencia de origen natural, es decir, la estructura resiste el impacto, se mantiene en pie con daños mínimos y no limita su funcionalidad.
En Paraguay, este proyecto se implementó a través de la Dirección General de Asistencia en Emergencias y Desastres (ASANED), del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, con el apoyo técnico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), en el marco del VI Plan de Acción DIPECHO (Programa de Preparativos ante Desastres). Se contó con el apoyo financiero de la Dirección de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea y la inversión bordeó los 120 mil dólares americanos.
El recinto seleccionado fue el Hospital Regional y Distrital de Concepción, por su localización estratégica entre las regiones oriental y occidental del país. Su infraestructura se amplío, reforzó y adecuó a estándares técnicos de calidad, por lo que ahora se encuentra en condiciones de albergar a un sinnúmero de pacientes en caso de un evento adverso. El objetivo principal de los trabajos realizados fue la reducción de la vulnerabilidad del establecimiento de salud.
Para mejorar los índices de seguridad frente a desastres, las obras consideraron la readecuación física, incluido circuitos y artefactos eléctricos, iluminación, aislamiento, instalaciones sanitarias, sistema de desagüe, refuerzo estructural con diez columnas de cemento, cierre de fisuras y sellado de juntas de dilatación, reparación del tanque de agua y una caseta de protección para el sistema de suministro de agua. Por el otro, se elaboró un Manual de Mantenimiento de Equipos Médicos y un programa de capacitación, certificado por el Instituto Nacional de Salud (INS), en mantenimiento básico de equipos de urgencia y emergencias, equipos de quirófanos y de logística hospitalaria (generadores de energía eléctrica y gases, entre otros).
La lista de equipos entregados en donación por OPS/OMS contempló un electrocardiógrafo; un equipo de succión portátil de dos botellones; seis collares cervicales adulto y pediátrico; dos tablas espinales; quince resucitadores manuales adulto; quince kits de férulas de seis piezas; cinco balones de oxígeno portátiles de 1/2m (3,2litros); treinta tensiómetros para adulto y pediátrico. También equipos para la habilitación del Laboratorio de Vigilancia de la Calidad de Agua de Consumo.
El Índice de Seguridad Hospitalaria es una herramienta desarrollada por la OPS, resultado de un largo proceso de discusión, prueba y revisión que, si bien no reemplaza a los estudios de vulnerabilidad, permite priorizar las inversiones en esta materia.
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