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Sara Lichi Ruiz Díaz, es oftalmóloga cirujana, especialista en retina y vítreo y coordinadora del Departamento de Residencia en la Fundación Banco de Ojos, donde forma parte del Servicio de Retina. La mencionada institución privada apuesta a la formación de oftalmólogos, brindando su infraestructura y plantel a todos los facultativos que decidan perfeccionarse en el área. 

La Fundación Banco de Ojos fue fundada el 27 de Diciembre de 1974, de mano del primer donante de corneas en Paraguay, el señor Fernando Oca del Valle. Destaca no solo en su labor asistencial, sino que también en la especialización de médicos en el campo de la salud visual, además de la promoción de la investigación científica. Para adentrarnos más en lo que conlleva la formación de estos profesionales, la docta Sara Lichi conversó con SAVALnet.

- Doctora, ¿podría comentarnos sobre la residencia en la actualidad dentro de la fundación?

El Banco de Ojos lleva más de 40 años en Paraguay al servicio de la salud visual y uno de sus objetivos se centra en la formación de oftalmólogos. En el país contamos con muchos especialistas que fueron formados en nuestra institución. Año tras año llevamos a cabo un examen de admisión. En este 2017 se realizó en febrero y contó con la presencia de los profesores del postgrado de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y autoridades de la Fundación del Banco de Ojos. Generalmente el Banco de Ojos ofrece una plaza al año, vale decir, la posibilidad de que un médico pueda especializarse en un lapso de tres años. Los residentes tienen clases teóricas todos los días en la Universidad Nacional de Asunción y luego vienen aquí a la institución para la parte práctica con los respectivos instructores. 

- ¿Cuándo surgió la residencia médica en el Banco de Ojos?

La residencia médica fue creada en la Fundación Banco de Ojos en 1976 y fue reconocida por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción. Desde ese año la residencia médica imparte clases teóricas y prácticas según el programa de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA.

- ¿Con cuántas plazas cuentan para la residencia y cuánto dura?

Anteriormente eran tres vacancias, pero varían las plazas habilitadas. Ahora contamos con un cupo, generalmente de acuerdo a la disponibilidad del servicio. La residencia aquí dura tres años de formación. Al terminar el segundo año, al ser cirujano oftalmólogo, se expide un certificado más un diploma de la Universidad Nacional, de la Escuela de Postgrado. Una vez que se apruebe la monografía que presentan otorgan estos documentos.  A parte de eso, si algún oftalmólogo gusta de alguna subespecialidad, o de repente se siente atraído como fue mi caso con retina, entonces puede hacer otras subespecialidades que duran de dos a tres años aproximadamente.

- En cuanto a los servicios del Banco de Ojos…

En la fundación contamos con infraestructura y tecnología adecuada para la valoración de los pacientes, en todas las subespecialidades, con los departamentos de glaucoma, catarata, segmento anterior, oculoplástica. Por ejemplo, en retina los pacientes se realizan de lunes a viernes los estudios de acuerdo a la necesidad de cada caso y también los tratamientos, según la necesidad del paciente. Siempre en esta institución tratamos de ofrecer a los pacientes atención con calidez. Desde el personal de admisión, recepción, los médicos, los funcionarios de administración y autoridades. Prácticamente toda la familia que compone el Banco de Ojos. El ambiente es realmente familiar. Los que nos formamos aquí realmente volvemos, pero ya para el estudio de diferentes especialidades. Como el caso de muchos médicos que al capacitarnos nos quedamos en esta institución, como el primer residente del Banco de Ojos, el Dr. Enrique Capello y muchos otros profesionales.

- En la actualidad, ¿cuáles serían los casos más frecuentes?

Los casos que más vemos actualmente en pacientes de la fundación son de retinopatía diabética.

- ¿Cuándo aparece una retinopatía diabética en el paciente?

La retinopatía aparece cuando los niveles de azúcar en la sangre son muy altos durante largos períodos de tiempo, los capilares que suministran sangre a la retina pueden deteriorarse. Con el tiempo, estos vasos sanguíneos comienzan a filtrar líquidos y grasas, produciendo un edema. Eventualmente, una condición llamada isquemia puede ocurrir, durante la cual los vasos sanguíneos pueden taparse. Estos problemas son señales de que hay una. Si los problemas de un ojo diabético no son tratados, una retinopatía diabética proliferativa; puede desarrollarse. Una obstrucción de los vasos sanguíneos debido a una isquemia puede llevar al crecimiento de nuevos vasos sanguíneos anormales en la retina y hacer daño a la retina, causando arrugas o un desprendimiento de retina. La neovascularización puede incluso causar glaucoma, un daño al nervio óptico. Un control estricto de la glicemia y la presión arterial, así como visitas periódicas a su oftalmólogo para una detección de retinopatía diabética, son claves para prevenir la enfermedad y una pérdida de la visión.

- ¿Cómo se trata la retinopatía diabética?

Durante las tres primeras etapas de la retinopatía diabética no se necesita un tratamiento, a menos que tenga edema macular. Para prevenir el progreso, las personas con diabetes deben controlar los niveles de azúcar en la sangre, la presión arterial y el colesterol. La retinopatía proliferativa se trata con cirugía láser. Este procedimiento se llama fotocoagulación retiniana. Por eso es muy importante hacerse regularmente un examen completo de la vista con dilatación de las pupilas para poder evitar cualquier tipo de complicación.