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Médicos familiares se reunieron en el auditorio de Laboratorios SAVAL para actualizar su mirada en torno a las infecciones respiratorias altas. Esto mediante datos que aportó la doctora Leonor Velázquez de Navarro, médico de familia, pediatra, magíster en medicina familiar y docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. 

Especialistas explican que las infecciones respiratorias (IR) son bastante frecuentes y constituyen una importante causa de morbilidad y mortalidad en todas las edades. De acuerdo a su localización se distinguen las IR altas, que son las que afectan al tracto respiratorio superior, y las bajas, que se presentan en el tracto respiratorio inferior.

A pesar que las infecciones respiratorias agudas bajas concentran habitualmente la atención por la dificultad de su manejo, costo del tratamiento y complicaciones asociadas, son las altas las que se manifiestan en mayor número en la consulta ambulatoria. Estas entidades, que en su mayoría son de etiología viral y curso limitado, son causa importante de uso y abuso de medicamentos, entre ellos, los antibióticos, con efectos perjudiciales en la salud.

Según datos de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud y Bienestar Social, en el primer trimestre de este año se registraron 77.507 notificaciones de enfermedades por virus respiratorios en todo el país. Asimismo, se contabilizan tres muertes a causa de infecciones respiratorias agudas ocasionadas por virus. Entre las zonas de mayor influencia, se encuentran las ciudades de Asunción, Ciudad del Este y Encarnación.

- Doctora, ¿qué desafíos plantean las infecciones respiratorias altas?

Lo primero es hacer un diagnóstico adecuado, que considere un buen examen físico e historia clínica. Otro aspecto importante es tratar que el paciente se enferme lo menos posible. Actualmente los médicos ya no tienen que atender al paciente cuando llega al hospital y sanarle, un buen profesional lo que tiene que hacer hoy es evitar que su paciente se interne en un recinto asistencial. 

Hay que trabajar mucho en todo lo que es promoción y prevención en salud, y lo mejor que podemos hacer para evitar las infecciones respiratorias altas es usar las vacunas. En nuestro país tenemos vacunas muy importantes, por ejemplo algunas previenen la tos convulsa, contra la difteria, la gripe, que es generalmente la puerta de entrada a muchas infecciones. Tenemos vacunas contra el neumococo que previene la neumonía. También es importante una buena alimentación, lograr que los bebés mamen, que tomen pecho por lo menos dos años, eso previene muchísimas infecciones respiratorias.

- ¿Se ha trabajado de forma certera en prevención?

El Ministerio de Salud apuesta mucho a la prevención, porque tiene uno de los calendarios de vacuna más completo de toda Latinoamérica. Los médicos también están haciendo bastante promoción, incluso hablando con la familia de los enfermos. En nuestro país hay un cambio de mentalidad, porque antes las personas venían solo cuando estaban enfermas. Por ejemplo, ya logramos que nos traigan a los niños menores de un año una vez al mes al control de niño sano, y cuando son mayores dos o tres veces al año, solamente para hacer su control de crecimiento y desarrollo, sin estar enfermos. Así el médico tiene tiempo de hacer prevención de todas enfermedades, no solo de las respiratorias. 

- ¿Qué hacer para que esta conciencia vaya en aumento?

Seguir trabajando, sobre todo en educación de los padres, con los colegas mismos, para cambiar este concepto de tratar solo enfermos. El gran desafío de nosotros como pediatras es tratar bien a los niños para lograr a futuro adultos y ancianos saludables. Por ejemplo, si nosotros conseguimos que el niño mame durante dos años, tenemos mucho menos obesidad en el adulto, mucho menos osteoporosis, se evitan un montón de problemas del desarrollo. Con una alimentación saludable desde pequeños, tendremos mucho menos diabetes e hipertensión.

Si apuntamos a que nuestros pacientes hagan ejercicios físicos, logramos que los niños aprendan a amar el deporte, a caminar bajo el sol, que dejen un poco la computadora, la televisión, que jueguen al fútbol, que salgan al patio, a correr, vamos a tener mucho menos niños obesos. Nuestro país lastimosamente tiene ahora cerca del 50 por ciento de la población obesa y eso es por falta de educación, de alimentación saludable y ejercicios físicos, así de simple.

- La educación tiene un rol clave…

Solo a través de la educación se logran cambios en la población. Una comunidad que no conoce, que no está educada, no sabe lo que tiene que hacer. Es fundamental diseñar e implementar una estrategia educativa que motive la incorporación de un estilo de vida saludable y hábitos de higiene, y que todo eso se trabaje desde las escuelas.

Los niños ya a nivel preescolar deben que saber lo que tienen que comer, lo que es mejor para ellos. Si crecen con esos criterios es fácil que después como adultos sigan comiendo bien, sigan amando el ejercicio.

Lo que es muy difícil es intentar cambiar los hábitos de un adulto, una persona de 30 o 40 años que siempre se acostumbró a comer frituras, a comer grasa, a comer comida rápida. Si nunca lo hizo, es muy complicado que tome la decisión de hacer ejercicios. Pero también es cierto que nunca es tarde para empezar, si hay educación y capacitación. Algunos lo logran, pero es mejor empezar desde la niñez, desde las familias.

- En Paraguay la gente continúa consultando en estadios avanzados, ¿cómo se combate eso?

Se previene con educación, pero hoy en día eso está cambiando. Como decía, yo ya veo cambios, tengo más de 25 años de profesión y antes el paciente venía solo cuando estaba enfermo. Hoy en día nosotros ya hacemos, sobre todo en pediatría, control de niños sanos, donde uno puede hablar un montón de cosas y entregar muchos consejos.

Ahora, con las infecciones es un poco más difícil, sobre todo en los adultos, porque no tienen tiempo o por el trabajo, lo que sea. Con los niños son un poco más cuidadosos y tratan de llevarlos antes al médico, pero con el adulto a veces uno ve que realmente llegan en mal estado, con infecciones graves, tanto a nivel pulmonar como gastrointestinal. Lo mismo también en pacientes que ya están con una neumonía y no consultan, porque continúan trabajando o simplemente no se acostumbraron a hacerlo. En nuestro país eso es muy fuerte con los hombres mayores, quienes prácticamente no quieren consultar y cuesta que acudan a control.

- ¿Cuál es el futuro del tratamiento de las infecciones?

Por un lado tenemos que prevenir, a través del desarrollo de nuevas vacunas, y por otro lado utilizando racionalmente los antibióticos que tenemos, porque no tenemos mucho. Nosotros sabemos que el desarrollo de una línea de investigación que nos dé antibióticos nuevos puede tardar de 5 a 10 años, entonces tenemos que utilizar muy bien los recursos disponibles

Si uno ve los trabajos de investigación, el 50 por ciento de los antibióticos se usan mal, se usan sin necesidad. Ojalá se sigan produciendo antibióticos nuevos porque aparecen sepas resistentes, aparecen bacterias nuevas y gérmenes oportunistas. Tenemos que ir cuidando lo que tenemos, seguir investigando y apostar a las vacunas, porque la mejor manera de prevenir las enfermedades es evitar que éstas aparezcan.

Por Jhojhanni Fiorini